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Sobre Antonio Miranda
 
 


 

Otto D´Sola en 1954 (Reproducción fotográfica
de H. López Orihuela)

 

OTTO D´SOLA

(1912-1975)

 

Poeta venezolano, nacido en Valencia (en el estado de Carabobo) en 1912 y fallecido en la isla de Mallorca (España) en 1975. Autor de una espléndida producción poética que, partiendo de la indagación metafísica y la estética surrealista de vanguardia, evolucionó hacia la búsqueda de nuevas formas realistas (como la evocación del pasado histórico) y la protesta visionaria, está considerado como uno de los grandes renovadores de la poesía venezolana del siglo XX.

Su deslumbrante trayectoria poética -que, en su proteica variedad, oscila entre el impulso visionario y el arraigo telúrico- ha sido perfectamente definida por el poeta y crítico José Ramón Medina: "Vigilante incansable de una vocación que los años han fortalecido con elementos valiosos, ha pasado insensiblemente de la nota surrealista, melancólica y tierna, de sus primeros tiempos, muy cercano al mundo de las evocaciones elegíacas de la poesía alemana que estuvo en sus preferencias literarias, a una más precisa, y casi directa expresión de la realidad geográfica y anímica del ámbito americano".

Irrumpió en el panorama literario venezolano como uno de los primeros impulsores del denominado "Grupo Viernes", en cuyo principal órgano de expresión (la revista homónima) tuvieron cabida los representantes de las diversas tendencias de la lírica mundial. Entre los componentes de este grupo literario, además de Otto De Sola, sobresalieron algunos autores como Rafael Olivares Figueroa(1893-1972), Pascual Venegas Filardo (1911), Luis Fernando Álvarez (1900-1952), José Ramón Heredia (1900-1948), Ángel Miguel Queremel (1900-1939), Pablo Rojas Guardia (1909-1978) y Vicente Gerbasi (1913-1993). Aunque fue una de las voces más representativas de esta generación, el poeta de Valencia desplegó en todo momento una peculiar y personalísima trayectoria literaria que, al tiempo que singularizaba su obra, le permitió ejercer con rigor y perspicacia una destacada labor crítica, plasmada en su espléndida antología titulada Antología de la moderna poesía venezolana (Caracas: Ministerio de Educación, 1940).

Su producción poética fue atravesando por diferentes etapas estéticas: la hondura lírica y metafísica de sus primeros poemarios, como Acento (Caracas: Cooperativa de Artes gráficas, 1935) y Presencias (Caracas: Ed. Elite, 1938); la evocación de atmósferas históricas, patente en De la soledad y las visiones (Caracas: Ed. Elite, 1940) y en El desterrado en el océano (Oslo [Noruega]: Ed. Brodr. Jorgensen, 1952); la imaginería surrealista y la poética del asombro, plasmadas en Al pie de la vida (Oslo [Noruega]: Imp. Forum Boktrykkeri, 1954); y la poesía cósmica y visionaria, heredera del legado de Saint-John Perse, manifiesta en el poemario El árbol del paraíso (París: [s.p.i.], 1961). Esta última tendencia fue la que se impuso en sus obras posteriores, escritas y publicadas cuando Otto de Sola ya se había instalado en la isla de Mallorca, convertido en un vate profético y visionario que fue magistralmente retratado por Luis Beltrán Guerrero en su obra El jardín de Bermudo (1986): "Pasó del recuento solitario de sus visiones a la poesía de protesta, como el bíblico profeta hebreo que lo era en sus últimos tiempos de Mallorca: larga barba blanca, clamante contra los desheredados y las pústulas de la moderna civilización, dentro del océano de su ocio fecundo".

Otras obras de Otto de Sola no citadas en párrafos anteriores son las tituladas El viajero mortal (Caracas: Lit. y Tip. del Comercio, 1943); En este nuevo mundo (Caracas: Lit. del Comercio, 1945), traducida al francés bajo el título de En ce nouveau monde (París: Imprimerie Union, 1948); En los cuatro siglos de Valencia (Valencia [Venezuela: Ateneo de Valencia, 1957); Un libro para el viento (Palma de Mallorca: Ed. Hipocampo, 1968) y Mientras llega el futuro (Palma de Mallorca: Ed. Hipocampo, 1970).

Fuente:http://www.mcnbiografias.com

           TEXTOS EN ESPAÑOL  -  TEXTOS EM PORTUGUÊS          

 

           ANTES DE LLEGAR LOS AVIONES QUE
INCENDIAN LAS CIUDADES

           Si mueren esos niños dormidos bajo la madrugada de
lírios abiertos, 
si mueren esos muros bajo la luna de musgos,
para no herirnos cruelmente dbes enterrarlo todo,
callado sepulturero.

           El clavel y la reja florida preguntan por el olvido,
mientras las mariposas esperan besar cadáveres
sobre las húmedas yerbas.

           Sepulturero que vas a sentir la caída de los muros
y el grito de los niños aplastados,
¿ enterrarás la madrugada
en la tumba de la niebla?

           Si todo muere bajo esa lejana luna de musgos,
para no herirnos cruelmente debes enterrarlo todo,
callado sepulturero.

           ¡Cuidado con olvidar los niños que sabem a trigo!
               ¡Cuidado con olvidar los muros que saben a historia!
¡Cuidado con olvidar la madrugada que sabe a herida flauta!

 

            CANTO FINAL A UNA MUCHACHA DEL PUERTO

             Llegarás por el sendero de las nubes mutiladas en invierno
a la outra parte del mundo que te aguarda.

             El brillo de tus ojos dirá su despedida a todos los marinos
borrachos que creen tener mares en la luna;
y la brisa irá contigo vigilando tu silencio|
sobre los montes de olivos.

             Bebe de ese vino que tiene el color de los cerrojos antigos:
en Venus la pena inmensa es llevar la garganta como
un pájaro muerto,
seca como un pájaro muerto de cantar.

              Morirán los calendarios como siempre y otras muchachas       
como tú pensarán en la muerte.

              Lamento no acompañarte dulce muchacha de doloroso azúcar.

              Quemarán tu recuerdo frente al mar, mar indolente de
consentirte desgarrada:
sin tu marinero que colme tu soledad,
sin panes de corazones descubiertos,
sin un balandro que lleve a Filipinas
y a tus playas de verdes cocos que se beben los ángeles.

               Sé de tu cabellera que tiene el peso de uma mariposa nocturna,
de tu olor y de tu torso caído em las madrugadas,
de aquel abanico de palomas que movías a manera
de un ensueño
sobre mi rostro assombrado.

                Llegarás por el sendero de crueles ventos invernales
a la otra parte del mundo que te aguarda.

                Te aguarda, con la corona de un Rey caído,
con el oro fundido en agua cristalina,
con trajes de finas sedas hechos azules aires,
con el ruído de este mundo que hondamente te hiere
transformado en la mínima presencia de um grillo sin canto.

                Te aguarda, la Nada.

                Entonces verás que estás limpia de todo
entre las vírgenes que no han amanhecido aún.                         
        

 

TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: Antonio Miranda

 

         ANTES DE CHEGAREM OS AVIÕES QUE INCENDEIAM
AS CIDADES

         Se esses meninos morrem na madrugada de lírios abertos,
se morrem esses muros sob a lua de musgos,
para não nos ferirmos cruelmente deves enterrar tudo,
calado coveiro.

         O cravo e a grade florida perguntam pelo olvido,
enquanto as borboletas esperam beijar cadáveres
sobre as úmidas ervas.

         Coveiro que vais sentir a queda dos muros

         e o grito dos meninos esmagados,
enterrarás a madrugada
no túmulo da neve?

         Se tudo morre debaixo dessa distante lua de musgos,
para não ferir-nos cruelmente deves enterrar tudo,
calado coveiro.

         Cuidado se esquecer os meninos com sabor de trigo!
Cuidado se esquecer os muros com o sentido da história!
Cuidado se esquecer a madrugada com a ferida flauta!

        
CANTO FINAL PARA UMA JOVEM DO PORTO

          Chegarás pelo caminho das nuvens mutiladas no inverno
à outra parte do mundo que te espera.

          O brilho de teus olhos dará sua despedida a todos os marinheiros
bêbedos que creem haver mares na lua;
e a brisa irá contigo vigiando o silêncio
sobre os montes das oliveiras.

          Bebe desse vinho que tem a cor dos ferrolhos antigos:
em Vênus a pena imensa é levar a garganta como um
pássaro morto,
seca como um pássaro morto de cantar.

          Morrerão os calendários como sempre e as outras jovens
como tu pensarão na morte.

          Lamento não acompanhar-te doce jovem de doloroso açúcar.

          Queimarão tua lembrança frente ao mar, mar indolente de
consentir a tua solidão,
sem os pães de corações descobertos,
sem um barco que te leve às Filipinas
e às tuas praias  de verdes cocos que os anjos bebem.

          Sei da tua cabeleira que tem o peso de uma mariposa noturna,
de teu odor e de teu torso caído nas madrugadas,
daquele leque de pombas que movias à maneira
de um sonhos
sobre meu rosto assombrado.

Chegarás pelo caminho de ventos cruéis invernais
à outra parte do mundo que te espera.

Te espera, com a coroa de um Rei caído,
com o ouro fundido em água cristalina,
com trajes de finas sedas feito ares azuis,
com o ruído deste mundo que profundamente te fere
transformado na mínima presença de um grilo sem canto.

Te espera, o Nada.

Então verás que estás limpa inteiramente
entre as virgens que não amanheceram ainda.

 

Página publicada em junho de 2017


 
 
 
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