| 
                     
                  CESAREO MARTÍNEZ 
                    
                  nació  en febrero de 1945 en Cotahuasi donde vivió hasta 1964. En Lima, estudió  Literaturas Hispánicas en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En 1970  el Centro de Estudiantes de Literatura propició una lectura de su obra poética.  Es cultor de música popular y ofreciendo recitales de este género ha viajado  por distintas ciudades del interior del país. Tienía (em 19740  inédito un libro de poesía: "Oráculos y  Talismanes". 
                    
                  (...) 
                    
                  LO  INEVITABLE EN EL POEMA: 
                  Si  la poesía requiere de más de un oído, es urgente pensar en la sociedad. Lo  occidental, y por ello el capitalismo, ha desecado al ser humano arrastrándolo  a los rincones apestados de la soledad, la alienación, la psicosis y todas las  demás pestilencias. 
                  La  poesía, debido a su carácter superestructura!, puede ser histórica o  ahistórica. Será histórica si se resuelve en dirección de la lucha de clases y  se proyecta hacia el levantamiento de nuevos valores sobre lo caduco burgués.  Por el contrario, será ahistórica si se enreda en el sostenimiento de viejos  valores. Todo esto entrará inevitablemente en el poema. 2.—En estos poemas  trato de captar lo múltiple (no lo universal, por ahora) desde experiencias muy  singulares. 
                  Cesáreo  Martínez 
                    
                  TEXTOS  EN ESPAÑOL  -   TEXTOS EM PORTUGUÊS 
                    
                  
                  GARGOLA  5  -  Colección de Poesía.  Lima, 1974. Dibujo  de la portada: Hermógenes Janampa. Ilustración interior: Vaso de la cultura  Mochica. 
                    
                  Celebración III 
                    
                  Y un árbol me estrechó entre sus brazos puros  
                    Te sigo, dije, resoluto loco luchador de alturas 
                  Y penetré en la senda clarísima de su música  
                    Brillante con el pez gordo del deseo 
                                                  Oh iluminación!  
                    El blanco nacimiento de islas súbitas 
                                  En un mar cantado.  
                    El fragor de alas surgidas más allá del nervio 
                  Y el estallido de lenguajes nuevos ante mi  cuerpo 
                  Y      todo  fue elevarse  
                    Como  un bosque sin misterios 
                  O el lúcido grillo pico de río 
                    Merodeador  del oído humano  
                    Aún la noche, tan bella en su abstracción  
                    Se alzaba desde las arenas cotidianas  
                    Tiernamente desnuda para ser amada. 
                                   Y la amé 
                  Bajo una lluvia de estrellas y cuerpos  fugitivos.  
                    Mas luego, sigiloso, el árbol partió. 
                    
                    
                    
                  De Esta y la Otra Ribera 
                    
                    
                  "Sólo nos place florecer; tardamos y nos  rezagamos 
                  y a destiempo entramos en el rezagado  
                    corazón de nuestro fruto final." 
                                                                           R.M.  RILKE 
                    
                  Tiempo cruel 
                  Inútil esperar la vana mudanza del destino,  
                    Si los remos del sueño yacen rotos a la vera,  
                    Si el deseo por el acto fresco  
                    Ha rodado secamente como fardo de cañas. 
                    
                  Esperar que tuerza el terco cuarto de siglo.  
                    Vivir, morir, rodar. 
                    ¡Oh! Frescos años nunca devueltos.  
                    Escucha 
                  Escucha los aires de esta neblina, qué  
                    Blandamente rompe el duro pescador  
                    La sal de mar que penetra en el mercado  
                    Como una vejez maloliente. 
                  Y este corazón que no sucumbe, este corazón. 
                    
                  He llegado a la ribera  
                    Con pesados trazos de lluvia sobre los párpados,  
                    Una mañana 
                    Que el alba sucumbió 
                  Al forcejeo inútil de las antorchas del alma.  
                    La gran hinchazón del espíritu que busca el  
                    Relieve del camino, ' 
                  Palpando los tatuajes del muro de la ciudad 
                          ¡Oh! puerta de piedra!  
                    Demás se esfuerza la idea con luces de farol 
                    Si no vibra el nervio en la trastienda. 
                    
                  Tiempo cruel. 
                  Nada restituye el clamoroso viento del sur,  
                    Fofo es bajo este sordo techo de niebla. 
                  Y donde apretados tornaron los pasos 
                  Es incierta y vana toda huella de camino. 
                    
                    
                    
                  Decorado Humano 
                    
                  Los trajines sin sentido de la noche 
                  Se arremolinan bajo tu ventana polvorienta 
                  Te arrastraron de parque en parque como paja  seca de establo 
                  Locura de' camino o blancura de alma 
                  Frazada en hilachas o toda esa cosa negra por  los rincones 
                  Luego muy pronto rasgas tu pellejo y huyes 
                  Porque sabes que toda verdad nos erige cerca  del otro 
                  Sobrio como albañil que regresa entras en la  niebla 
                  Comes conversas y convienes paisajes abatidos 
                  De todos los rincones te asedian seres  escamosos 
                  Un rojo estallido de cólera perfora tus ojos 
                  Retrocedes agua bellamente quieta intentas  amar 
                  El deseo como una picana eléctrica y la posibilidad  levitando 
                  Adviertes entonces que tu cabeza cuelga. 
                    
                    
                    
                  TEXTOS EM PORTUGUÊS 
                    Tradução de Antonio Miranda 
                    
                  Comemoração III 
                    
                  E uma   árvore me apertou entre seus braços puros  
                    Eu te sigo, disse, disposto louco lutador nas alturas 
                  E penetrei na senda claríssima de sua música  
                    Brilhante com o peixe gordo do desejo 
                                                  Oh iluminação!  
                  O alvo nascimento de ilhas súbitas 
                                  Em um mar cantado.  
                    A fragrância de asas surgidas além do nervo 
                  E o estouro de linguagens novas frente ao meu  corpo 
                  E tudo se elevou 
                    Como  um bosque sem mistérios 
                  Ou o lúcido grilo pico do rio 
                    Saqueador  do ouvido humano  
                    Ainda a noite, tão bela em sua abstração  
                    Levantava-se das areias quotidianas  
                    Suavemente desnuda para ser amada. 
                                   E eu a amei 
                  Na chuva de estrelas e corpos fugitivos.  
                    Mas depois, sigilosa, a árvore se foi. 
                    
                    
                    
                    
                  Desta e da Outra Margem 
                    
                    
                  "Apenas nos compraz florescer; tardamos  y nos superamos 
                  e por infortúnio entramos no superado  
                    coração de nosso fruto final." 
                                                                           R.M.  RILKE 
                    
                  Tempo cruel 
                  Inútil esperar a vã mudança do destino,  
                    Se os remos do sonho jazem rompidos de verdade,  
                    Se o desejo por um ato fresco  
                    Rodou secamente como fardo de brancos cabelos. 
                    
                  Esperar que torça o obstinado quarto de século.  
                    Viver, morrer, rodar. 
                    ¡Oh! Frescos anos nunca devolvidos.  
                    Escuta 
                  Escuta os ares desta neblina, que  
                    Suavemente vence o duro pescador  
                    O sal do mar que penetra nos mercado  
                    Como a velhice fedorenta. 
                  E este coração que não sucumbe, este coração. 
                    
                  Cheguei até a margem  
                    Com pesados traços de chuva pelas pálpebras,  
                    Pela  
                   manhã 
                    Que a alvorada sucumbiu 
                  Na luta inútil das chamas da alma.  
                  O enorme inchaço do espírito que busca o 
                    Relevo do caminho,  
                  Apalpando as tatuagens no muro da cidade 
                          ¡Oh! porta de pedra!  
                    Demais se esforça a ideia com as luzes do farol 
                    Se não vibra o nervo nos bastidores  
                    
                  Tempo cruel. 
                  Nada restitui o clamoroso vento sul,  
                    Fofo é sob este surdo teto de névoa. 
                  E onde apertados tornaram-se os passos 
                  É incerta e vã toda a trilha do caminho. 
                    
                    
                    
                  Cenário Humano 
                    
                  As rotinas sem sentido pela noite 
                  Fluem pela janela empoeirada 
                  Te arrastam de parque em parque como palha  seca de estábulo 
                  Loucura do caminho ou palidez de alma 
                  Manta em fios ou toda essa coisa negra pelos  cantos 
                  Logo depois rasgas tua pelanca e foges 
                  Porque sabes que toda verdade nos ergue junto  ao outro 
                  Sóbrio como construtor que regressa e vai  pela névoa 
                          Engoles  conversas e convertes paisagens abatidas 
                  De todos os lugares te assediam seres  escamosos 
                  Um rubro surto de cólera perfura teus olhos 
                  Retrocedes água belamente quieta tentas amar 
                  O desejo como um choque elétrico e a possibilidade  levitando 
                  Advertes então pois tua cabeça se desliga. 
                    
                    
                    
                    
                  Página publicada em  agosto de 2019 
                    
                    
                    
                    
                    
                    
                    
                
  |