LA CRIOLLA PANAMEÑA 
             
          Lleva el pelo formado en dos nudos 
              Sujetados con lindas peinetas, 
              Y a la vez con enormes tembleques 
              Do relucen blanquísimas perlas. 
               
              Coronada de muchos jazmines 
              El ambiente perfuma doquiera; 
              Y un sombrero muy guapo de paja 
              Se coloca sobre la cabeza. 
               
              Vedla: al hombro se cruza buen paño; 
              Es limeño con flecos de seda; 
              Y una gruesa cadena de oro 
              Con grandes escudos, al cuello le cuelga. 
               
              La camisa es de género fino 
              Y formada con dos arandelas 
              (La camisa no cubre los brazos 
              Ni los hombros de la panameña). 
               
              A su talle se ajustan las faldas 
              De clarín que se llaman pollera, 
              Sujetadas con cuatro botones 
              Que quizá muchos duros le cuestan. 
               
              Sus zapatos son finos, por cierto 
              Son babuchas de pana o de seda... 
              Pero, aparte: no gasta en las ligas 
              Porque el traje no exige las medias. 
               
              He aquí, pues, mis queridos lectores, 
              El retrato de la panameña, 
              Que en los días de alegres jolgorios 
              El Punto, aire alegre, muy bien zapatea.
               
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          A CRIOULA PANAMENHA 
                   
          O cabelo penteia em dois coques 
              sujeitados por lindas travessas, 
              e com trêmulos guapos, enormes, 
              onde luzem branquíssimas perlas. 
               
              De jasmins olorosos coroada, 
              o ambiente perfuma onde esteja, 
              um garrido sombreiro de palha 
              ajeitando na bela cabeça. 
               
              Olha-a: do ombro lhe pende um bom pano; 
é limenho, com franjas de seda; 
              toda de ouro, com grandes escudos, 
              do colo lhe pende uma grossa cadeia. 
               
              A camisa é de fino tecido 
              e formada de dupla arandela 
              (a camisa não cobre nem braços 
              nem espádua à gentil panamenha). 
               
              A seu talhe se ajustam as fraldas 
              de cambraia que chamam polheira, 
              seguradas com quatro presilhas 
              que talvez muitos duros valeram. 
               
              Seus sapatos são finos, babuchas 
              de algodão, de veludo ou de seda... 
              Mas não gasta dinheiro com ligas, 
              que a seu traje não calham as meias. 
               
              Eis, em suma, queridos leitores, 
              retratada a gentil panamenha, 
              que nos dias de alegres folguedos 
          o Ponto, ar alegre, tão bem sapateia.            |