CLARIBEL ALEGRÍA 
                                                                                 
                                                                                Clara  Isabel Alegría Vides (Estelí, Nicaragua, 1924) de origen nicaragüense, es una  escritora, poeta, narradora, ensayista y traductora de la poesía de Robert  Graves y otros autores ingleses. El Festival Internacional de la Poesía de  Granada le homenajeó en el VII festival dedicándolo a su carrera como  escritora.
                                                                                Está  enfocado en la realidad de su tiempo y en compromiso con la situación política  del momento. Su poesía se encausa en buscando la democracia y la denuncia.  También, sifue una investigación formal en lo que se ha catalogado como un  nuevo subrrealismo con lenguaje intencional callejero, desgarrado, vehemente y  hasta antiliterario. Las tendencias ideológicas y literarias de Claribel son el  reflejo de la corriente literaria que se impulsó en Centroamérica en los años  de 1950 - 1960; conocida como la "Generación comprometida". Sus  escritos abordan asuntos como el amor, la muerte o el anhelo y la esperanza  vital.             Fuente: wikipedia
                                                                                 
                                                                                
                                                                                 
                                                                                Nacida  en Estelí (Nicaragua) en 1924 y residente en El Salvador desde que era una  niña, Alegría ha mantenido durante toda su carrera su compromiso con la  resistencia no violenta, en contra de los regímenes dictatoriales y de las  guerras e injusticias sociales.
                                                                                La  Fundación Claribel Alegría de El Salvador celebró hoy el triunfo de la  escritora del mismo nombre, de nacionalidad nicaragüense y salvadoreña, en el  XXVI Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana de 2017. Este premio, destacaron, refrenda  el "itinerario de calidad" que ha recorrido a lo largo de estas  décadas esta poeta de 93 años y que ha sido reconocido con varios premios que siguen  llegando en estos últimos años, ya que Alegría sigue en activo y publicando.
 
                                                                                TEXTOS  EN ESPAÑOL   -   TEXTOS EM PORTUGUÊS
                                                                                 
                                                                                Extraído de
                                                                                
                                                                                 
                                                                                POESIA SEMPRE – Revista Semestral de  Poesia – Ano 2  Número 4 – Rio de Janeiro Fevereiro 1994 -  Fundação Biblioteca Nacional. 
                                                                                  ISSN 0104-0626  Ex. bibl. Antonio Miranda
                                                                                 
                                                                                Carta a un desterrado
                                                                                 
                                                                                Mi querido Odiseo
                                                                                  ya no es posible más
                                                                                esposo mío 
                                                                                que el tiempo pase y vuele 
                                                                                  y no te cuente yo 
                                                                                    de mi vida en Ítaca. 
  Hace ya muchos años 
  que te fuiste 
  tu ausencia nos pesó 
  a tu hijo 
y a mi.
                                                                                Empezaron a cercarme
                                                                                pretendientes
                                                                                eran tantos
                                                                                tan tenaces sus requiebros
                                                                                que apiadándose un dios
                                                                                de mi congoja
                                                                                me aconsejó tejer
                                                                                una tela sutil
                                                                                interminable
                                                                                que te sirviera a ti
                                                                                como sudario.
                                                                                Si llegaba a concluirla
                                                                                tendría yo sin mora
                                                                                que elegir un esposo.
                                                                                Me cautivó la idea
                                                                                al aventarse el sol
                                                                                me ponía a tejer
                                                                                y destejía por la noche.
                                                                                Así pasé tres años
                                                                                pero ahora, Odiseo,
                                                                                mi corazón suspira por un joven
                                                                                tan bello como tú cuando eras mozo
                                                                                tan hábil con el arco
                                                                                y con la lanza.
                                                                                Nuestra casa está en ruinas
                                                                                y necesito un hombre
                                                                                que la sepa regir.
                                                                                Telémaco es un niño todavía
                                                                                y tu padre un anciano.
                                                                                De mi amor hacia ti
                                                                                no queda ni un rescoldo.
                                                                                Telémaco está bien
                                                                                ni siquiera pregunta por su padre
                                                                                es mejor para ti
                                                                                que te demos por muerto.
                                                                                Sé por los forasteros
                                                                                de Calipso
                                                                                y de
                                                                                Circe.
                                                                                Aprovecha, Odiseo 
                                                                                  si eliges a Calipso 
                                                                                    recobrarás la juventud 
                                                                                      si es Circe la elegida 
                                                                                        serás entre sus cerdos 
                                                                                          el supremo. 
                                                                                            Espero que esta carta 
                                                                                              no te ofenda
                                                                                                no invoques a los dioses
                                                                                                será en vano
                                                                                                recuerda a Menelao
                                                                                                con Helena
                                                                                                por esa guerra loca
                                                                                                han perdido la vida
                                                                                nuestros mejores  hombres
                                                                                  y estás tu donde estás
                                                                                  no vuelvas, Odiseo,
                                                                                  te suplico
                                                                                 
                                                                                Tu discreta Penélope. 
                     
 
                                                                                
                                                                                (M) UN DOS:  muestrario de poesía nicaraguense y dominicana.    Selección, prólogo, introducciones, notas y glossário de  Luis Ricardo Arévalo Arias.  Managua:  Editorial Ancetros, 2015.  300 p.    ISBN  978-99964-0-456-6   
                                                                                 
                                                                                                   ARS  POETICA
                                                                                  
                                                                                
                                                                                                                                                                   Yo,
                                                                                                                                                                                                                                  poeta de oficio,
                                                                                                                                                                                                                                                                                                   condenada  tantas veces
                                                                                                                                                                                                                a  ser cuervo
                                                                                                                                                                                                                jamás  me cambiaría
                                                                                                                                                                                                                por  la Venus de Milo:
                                                                                                                                                                                                                mientras  reina en el Louvre
                                                                                                                                                                                                                y  se muere de tedio
                                                                                                                                                                                                                y  junta polvo
                                                                                                                                                                                                                yo  descubro el sol
                                                                                                                                                                                                                todos  los días
                                                                                                                                                                                                                y  entre vales
                                                                                                                                                                                                                volcanes
                                                                                                                                                                                                                y  despojos de guerra
                                                                                                                                                                                                                avizoro  la tierra prometida.
                                                                                                                                                 
                                                                                                                                                         AUSENCIA 
                                                                                                                                                         Hola
                                                                                                                                                                                                                mirando  tu retrato
                                                                                                                                                                                                                y  se pasmo el saludo
                                                                                                                                                                                                                entre  mis labios.
                                                                                                                                                                                                                Otra  vez la punzada,
                                                                                                                                                                                                                el  saber que es inútil;
                                                                                                                                                                                                                el  calcinado clima
                                                                                                                                                                                                                de  tu ausência.
                                                                                                                                                                                                                
                                                                                                                                                                                                                
                                                                                                                                                
                                                                                
                                                                                VEA Y LEA  OTROS POEMAS Y POETAS DE NICARAGUA
                                                                                                                                                EN NUESTRO PORTAL DE POESÍA IBEROAMERICANO:
                                                                                http://www.antoniomiranda.com.br/Iberoamerica/nicaragua/nicaragua.html  
                                                                                
                
                                                                                
                                                                                
                                                                                TEXTOS  EM PORTUGUÊS
                                                                                                                                                Tradução: Antonio Miranda
                                                                                 
                                                                                
                                                                                  Carta de um  degredado
                                                                                
                            Meu querido Odisseu
                               já  não é mais possível
                               que  o tempo passe e voe
                               e  eu não te conte
                               de  minha vida em Ítaca.
                               Já  faz muitos anos
                               que  partiste
                               tua  ausência abateu
                               ao  teu filho
                               e  a mim.
                               Começaram  a cercar-me
                               pretendentes
                               eram  tantos
                               tão  tenazes seus requebros
                               que  um deus com piedade
                               de  minha fadiga
                               sugeriu-me  tecer
                               um  pano sutil
                               interminável
                               que  te servisse
                               como  sudário.
                               Se  chegasse a concluí-lo
                               eu  teria sem demora
                               que  escolher um esposo.
                               A  ideia cativou-me
                               ao aventurar-se o sol
                               eu  ficava a tecer
                               e  destecia de noite.
                               Assim  eu vivi três anos
                               mas  agora, Odisseu,
                               meu  coração suspira por um jovem
                               tão  belo como tu era quando moço
                               tão  hábil com o arco }
                               e  a flecha.
                               Nossa  casa está em ruínas
                               e  preciso de um homem.
                               Telêmaco  é ainda uma criança
                               e  teu pai um ancião.
                               De  meu amor por ti
                               não  resta nenhum rescaldo.
                               Telêmaco  está bem
                               nem  sequer pergunta pelo pai
                               é  melhor para ti
                               que  te imaginamos morto.
                               Se  pelos forasteiros
                               de  Calipso
                               e de 
                               Circe.
                               Aproveita,  Odisseu
                               se  escolhes Calipso
                               recobrará  a juventude
                               se  for Circe a eleita
                               serás entre seus suínos
                               o  supremo.
                               Desejo  que esta carta
                               não  te ofendas
                               não  invoques os deuses
                               será  em vão
                               lembra  que Menelau
                               com  Helena
                               por  esta guerra louca
                               nossos  melhores homens
                               faleceram
                               e  estás onde estiveres
                               não  regresse, Odisseu,
                             te  suplico.
                                                                                         Tua discreta Penélope.      
                                                                                  
                                                                                
                                                                                         ARS POETICA
                                                                                
                                                                                                                                                         Eu, 
                                                                                                                                                                                                                poeta  de ofício,
                                                                                                                                                                                                                condenada  tanta vezes 
                                                                                                                                                                                                                a  ser corvo
                                                                                                                                                                                                                jamais  me trocaria
                                                                                                                                                                                                                pela  Vênus de Milo:
                                                                                                                                                                                                                enquanto  reina no Louvre
                                                                                                                                                                                                                e  morre de tédio
                                                                                                                                                                                                                e  junta pó
                                                                                                                                                                                                                eu  descubro o sol
                                                                                                                                                                                                                todos  os dias
                                                                                                                                                                                                                e  pelos vales
                                                                                                                                                                                                                vulcões
                                                                                                                                                                                                                e despojos de guerra
                                                                                                                                                                                                                afiguro  a terra prometida.
                                                                                                                                                 
                                                                                                                                                         AUSêNCIA
                                                                                                                                                         Olá
                                                                                                                                                                                                                disse  olhando o retrato
                                                                                                                                                                                                                e  pasmou minha saudação
                                                                                                                                                                                                                entre  meus lábios.
                                                                                                                                                                                                                Outra  vez o punçar,
                                                                                                                                                                                                                o  saber que é inútil;
                                                                                                                                                                                                                o  calcinado clima
                                                                                                                                                                                                                de  tua ausência.
                                                                                                                                                
                                                                                                                                                 
                                                                                                                                                 
                                                                                                                                                 
                                                                                
                                                                                 
                                                                                Página publicada em fevereiro de 2017; ampliada em dezembro de 2017