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                  ROBERTO OBREGÓN MORALES 
                     
                    (1940-1970) 
                    
                   
                   
                  Nace  en San Antonio de Suchitepéquez; estudia Ciencias Jurídicas y Sociales en la  Universidad de San Carlos, y publica su primer poemario como separata  en la revista universitaria. Obtiene una beca para estudiar Filosofia en la  Universidad Patrício Lumumba de Moscú y allí publica La flauta de ágata, en ruso, con una tirada de un millón de  ejemplares. Comenta Obregón que se trata de poesía erótica, y que «la  miniaturas de este librito no son más que situaciones trazadas apenas con  líneas, contornos, esbozos e intenciones que al tiempo que insinúan y alumbran  el verdadero asunto, sirven de lazo de retención o freno que no permiten caer en lo vulgar». También en ruso  publica Códices, que incluye prosa poética, y donde hace una fábula  de la historia de su pueblo, que con arcilla, ágata y otros materiales elabora  sus objetos cotidianos, y que no comprende a los mercaderes que llegan de fuera  con su «guerra disfrazada, extenuante, voraz». Viaja por Europa y participa en  encuentros de escritores, y en 1968, tras la muerte de su hermano guerrillero,  regresa a su país. Publica El fuego perdido, se integra en Nuevo Signo y  participa de la efervescencia poética del momento con recitales y conferencias.  En sus versos se imbrican los elementos de la tradición maya y del paisaje  guatemalteco con el intimismo y la lucha política; la lluvia, la soledad y el  silencio son recurrentes. En julio de 1970 es apresado por los militares en el  puesto fronterizo de Las Chinamas cuando regresa de compartir en El Salvador  una jornada poética, invitado por el grupo Piedra y Siglo. Su cadáver es  hallado flotando en un río. En 2007 se publica su poesía reunida.  
                    
                  OBRA POÉTICA: Poemas  para comenzar la vida y poesía de la ausência (1961) , El aprendiz de profeta ( 1965), La  flauta de ágata (1968), Códices (1968), El fuego perdido, (1969) , Poesía de barro: el libra de las  interrogaciones (1962-1966) ( 1973), El  arco con que una gacela traza la mariana. Recuento de poesía (2007). 
                    
                    
                  Extraído de:  
                  
                  POESÍA CENTROAMERICANA Y PUERTORRIQUEÑA. Antología esencial. Org. Selena Millares.  Madrid: Visor Libros, 2013. 671 p.  (Colección La Estafeta del Viento, vol.  XV)  14x21 cm.   
                   
                   
                    
                  TEXTOS EN ESPAÑOL    -    TEXTOS EM PORTUGUÊS  
                    
                    
                  SOMBRA Y LLAMA 
                    
                  Esto que llevo dentro, es la sombra 
                    de un jaguar. 
                   
                    Parece incendio agazapado 
                    en una llama. 
                    
                          Mas  no captarás el junco de su salto 
          y  se beberá tu sueño. 
                   
                    
                    
                          PUERTA DE SACRIFICIO 
                    
                          Fina es la lámina 
          casi  transparente. 
           
                          La  lámina de azúcar 
          que  separa tus labios. 
                    
                          Por  allí se fue mi corazón. 
          Relamiéndose las  heridas. 
 
                    
                    
                            RENUNCIACIÓN 
                           
          Qué se hicieron la luna, las estrellas 
          a  racimos, 
          el  viento ese que desentierra rumores| 
          en  las hojas? 
                    
                          Se  los han llevado los poetas 
          con  todo y fierros a otra parte. 
                    
                          Me  hundo en tus manos y pregunto,|      
                            ¿por qué la tierra huele a mujer 
          en  primavera? 
                    
                    
                          TORMENTA RECOGIDA 
                    
                          Tormenta recogida en si misma 
          —  mi tribu. 
          El  incendio que es mi raza, 
          despierta. 
          A  medida que sube por mi estrofa, 
          las  sombras caen escalera abajo… 
          Navegan  los míos sobre lava, 
          sobre  sangre, 
          y  reman con fuziles. 
          En mi tribu late una  erupción. 
          Es  lava emplumada.   Ardiente. 
          ¿ y qué se hicieron aquellos que sólo sabían 
                   florecer 
                                    en el lloro de la marimba? 
          ¿  Los que llenaron de tierra sus tambores 
          y  morían al canto del tecolote?  ¿ Dónde  están? 
                   preguntan. 
          Aquí  — respondemos —, ya únicamente sabemos 
                   disparar. 
          Ríos  de lava hirviente.    Ríos que si truenan 
          es  porque arrastran piedras, mitos y más piedras… 
          ¡Piedras!  Entendieron?... 
                    
                    
                  EL SON DEL MUERTO 
                    
                                   Lo que quieren 
                          es  acabar con nosotros. 
                                     POPOL VUH, IV, 1. 
                    
                  Ahora muere la gente 
                    a precio de quemazón. 
                    Ya no quedan muchos: 
                    pocos son los de este lugar. 
                    Los hombres se van muriendo 
                    sin mudada y sin permiso, 
                    sin zapato 
                    y sin echarse un son. 
                    Uno por uno se van 
                    y ya se van acabando. 
                    Y sólo las mujeres palpitan 
                    en los hoyos de la oscuridad. 
                    Unos pocos quedamos 
                    bailando el son, 
                    de todos los que ya no están 
                    y de todos los que ya se ván, 
                   ¡Que siga la música! 
                   
                          (De La sonaja perdida)          
            
                    
                    
                  TEXTOS  EM PORTUGUÊS 
                    Tradução:  Antonio Miranda 
                   
                     
                     
                          SOMBRA  E CHAMA 
                     
          Isto  que levo por dentro, é a sombra 
          de  um jaguar. 
                   
          Parece  incêndio escondido| 
          numa  chama.       
                           
          Mas  não captarás a esteira de seu salto 
          e  o seu sonho se esvairá.  
                    
                    
                          PORTA  DE SACRIFÍCIO 
                    
                          Fina é lâmina 
          quase  transparente. 
                    
                          A lâmina de açúcar  
          que  separa teus lábios. 
                    
                          Por ali foi-se meu coração.  
          Lambendo  suas feridas.  
                    
                    
                          RENÚNCIA 
                    
                          Que aconteceu com a  lua, as estrelas 
          em  penca, 
          o  vento esse que desenterra rumores 
          das  folhas? 
                    
                          Me entranho em tuas mãos e pergunto 
          por  que a terra tem o cheiro de mulher 
          em  primavera? 
                    
                    
                          TORMENTA  RECOLHIDA 
                    
                          Tormenta recolhida em  si mesma 
          —  minha tribo. 
          O  incêndio que sobe por minha estrofe, 
          as  sombras caem pelas escadas... 
          Navegam  os meus sobre lava, 
          pelo  sangue, 
          e  remam com fuzis. 
          Em  minha tribo pulsa uma erupção. 
          É  lava emplumada.       Ardente. 
          e  que fizeram aqueles que apenas sabiam 
                  florescer 
                                    no  choro da marimba? 
          Os  que encheram de terra os tambores 
          e  morriam no canto do tecolote? Onde  estão? 
                  perguntam. 
          Aqui  — respondemos —, apenas sabemos 
                  disparar. 
          Rios  de lava fervente.    Rios que, sim,  trovejam 
          é  porque arrastam pedras, mitos e mais pedras. 
          Pedras!  Entendem?,,, 
                    
                  *denominação regional  para a coruja. 
                   
                    
                    
                          O SOM DO MORTO 
                    
                                           O  que querem 
                                é  acabar com a gente. 
                                         POPOL VUH, IV, 1. 
 
                    
                            Agora a gente morre 
          a  preço de liquidação. 
          Já  não restam muitos: 
          poucos  são deste lugar. 
          Os  homens vão morrendo 
          sem  mudança e sem permissão, 
          sem  sapato 
          e  sem emitir um som. 
          Um  a um se vão 
          e  já vão acabando. 
          E  apenas as mulheres palpitam 
          nas  covas da escuridão. 
          Uns  poucos restamos 
          dançando  ao som, 
          de  todos os que já não estão 
          e  dos que já se vão, 
          que  a música continue! 
                    
                                           (De La sonaja perdida) 
                    
                    
                  Página publicada em novembro de 2015. 
 
                  
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