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 CÉSAR ULISES MASIS     Nació en el Antiguo  Cuscatlán, La Libertad, El Salvador el 13 de marzo de 1925, hermano de  Francisco Alejandro Masís. César fue un hombre  autodidacta y un obrero que se ganaba la vida pintando cervecerías, burdeles,  pupilajes y salones. Llevó una vida simple, acompañado de la soledad en su  vivienda ubicada en la nombrada Avenida Independencia. Su producción  literaria, fundamentalmente sus poemas fueron recogidos en la década del siglo  XX por los periódicos y suplementos culturales como el Diario Latino, a cargo  de Juan Felipe Toruño (hoy Co Latino) que se mostró como el gran receptor de su  faena literaria. De los poemas que creó quedan muy pocos registros, los que  existen en la actualidad, fueron gracias a las publicaciones que salieron a la  luz en diferentes medios y que posteriormente otros poetas lograron antologar. Antes de morir Ulises  Masís preparó el poemario “Para cuando nazca el sol” junto a  Daniel Eguizábal, que apareció póstumamente. El libro posee la colección de  poemas “Circunstancias” que originalmente ya existía en 1966 de forma inédita. Fue un poeta urbano  que evocó a los poetas románticos, pusó de relieve su objetivo primordial, su  precepto contra la forma de innovar la poesía y afirmar su vocación de  solitario. Falleció en 1992 a  consecuencia del alcoholismo. Libros de poesia publicados: Circunstancias, 1966; Traducción  de mi Tierra, 1970 El paladar de mi  Terruño,  1970;  Poemas de mi Barrio, 1989; Voz en Retiro,  1986 Los Marginados  1962-1963. Fonte: wikipedia       TEXTO EN ESPAÑOL – TEXTO EM  PORTUGUÊS       TELES, Gillberto  Mendonça; MÜELLER-BERGH, Klaus.  Vanguardia latinoamericana. Tomo I, México y América Central.  Madrid:  Iberoamericana, 2000.  359 p   15 x 22 cm.  Ex. bibl. Antonio  Miranda         TENTATIVA DE UNA NUEVA POESÍA   (Compréndaseme  bien, que se me entienda claro:                                                           Estamos clausurando la poesía barata, el verso de sillón y cabecera, el pálido poema de las niñas enfermas.
                             El libro de los  viajes aburridos. El consultor inútil de los tontos que impresiona a las tontas.
 Estamos inaugurando una poesía nueva, prohibida de antemano para
 el oído fino,
 de  escándalo, y abierta para el vocablo adrede desnudo y abrazante.
 Estamos  en la física nuclear de los poemas, ozono la palabra que destruya a la «araña»  que circunda a la mosca.Estamos contra el ángel
 por el hombre en la tierra. Estamos contra el cielo para instaurar la
 piedra,
 [estamos
 contra  el ídolo, para explorar el bosque del génesis pagano. Poesía vigilante de los ojos despiertos, de los puños cerrados y
                                                                      dientes punteagudos. Estamos con el hombre cotidiano, en la calle, en el bar, en la plaza. Oliendo a  cloroformo y a presencia de muerte. Con el sexo violado de
 la  niña vendida.
 Con  la huelga del hombre que se niega a comer,hasta que un culatazo
 le  penetra el bocado y le salvan la vida. Estamos  con el noble mantenedor de calles, sentimos en sus manos la mordida del frío,  la arenilla en la escoba, la humedad por los huesos, la fiebre en la pupila y  el escorbuto amargo. Estamos con la espalda desnuda en el arado, sembrando junto al
 grano
 una  ilusión futura, una verdad que viene la noche galopando,Caballero Del Alba.
 Sentimos  en sus manos la maternal caricia cuando toca la tierra, somos por sus manos  gemelos en angustia, siameses en la ira. Estamos con mi hermano                                     que duerme  en las baldosas                                                               al pie de la República.  Con  aquél que perdiera trabajando una pierna, y con cincuenta pesos judíos
                                                                                   [le pagaron. Y  alguien vendrá a decirme que estoy equivocado!   Nosotros  repudiamos prácticamente todo que nos venda o engañe...   Compréndaseme  bien, que se me entienda claro: Estamos contra el hombre «Coyote» en almacenes  ladrones de trabajo. Contra el obrero mismo que explota a sus hermanos. Contra  aquellos que gastan jugoso Presupuesto con fin decorativo. Estamos  contra toda libertad de gotero, obediente a la mano del cirujano en  turno. Estamos  contra muchos por la salud de todos!...   II Los  poetas bajaron de las nubes. Caminan  por la calle como todos los hombres, hablan con ellos en su misma lengua y  construyen con ellos una patria. Son perseguidos por la policía. Y  no les dan trabajo porque cantan a tórax descubierto. Los  poetas bajaron a la tierra, vistieron el traje campesino, labraron  la tierra para otros, vendieron su salud a precios bajos... Los  que no se murieron se casaron; y sus hijos se hicieron soldados,  policías, y  olvidaron su origen o callaron. Aceptemos  que no tengan amigos por el hilo del traje que cubre su derrota. Aceptemos  que vayan por la calle disparando saludos, recogiendo sonrisas y  monedas, para aliviar su angustia. Aceptemos,  que todos debemos evitar como humanos la  destrucción del sexo, la violación del ano. Aceptemos que vivimos con la muerte  en el ojo, abierto noche y día para caer de frente. Aceptémoslo todo; pero  nunca aceptemos ser crueles, apologistas de  beneméritos de plumafuente y caudillos de cartón. Los  poetas se revelaron como hombres. Caminaron por calles y suburbios. Murieron  por su amor en Alicante. Fueron  asesinados en Granada. Los  poetas no se sientan en sillas académicas, se sientan en los parques, conversan  con el pueblo, conversan con el mar. Ellos mismos son ola, ellos mismos se  rompen en átomos de espuma con la roca, contra la piedra ciega que pretende  ignorar la rebelión del agua, el golpe de la ola, la victoria del mar. Un día  la poesía fue el plumaje melodioso de cisne, el cuello fue su símbolo donde  ondulaba el verso. Materia noble entonces para eludir la vida,  para eludir lo sucio y caótico del clima.  Luego vino un ambiente  refugiado  en lo abstracto                                     vendiendo  su silencio.   Poesía  fabricada de acuerdo con el prójimo que la compra y la paga. Y para ser  sincero: Ahí están mis poemas con muleta y con gafas, media docena buenos,  treinta docenas malos. Hay que decir las cosas con un acento claro: Hoy  detesto mis versos! Aceptemos que fueron malos versos. Aceptemos que los que  ahora escribo sean peores. Que toda mi poesía es un desastre, pero canto en mi  centro orbital. Girando hacia los hombres que sufren su silencio. Soy el espejo  de mi tiempo! Un  hijo, que no tengo, preguntará mañana: ¿Y todo sucedió en el Siglo xx?     En La pájara pinta, Año II,  diciembre de 1967, núm. 24, p. 8.           TEXTO EM PORTUGUÊSTradução de ANTONIO  MIRANDA
   (Compreenda-  se bem, que me entenda claro:                                                          Estamos clausurando a poesia barata, o verso de sofá e cabeceira, o pálido poema das meninas  enfermas.
                             O livro das viagens  cansativas. O consultor inútil dos tontos que impressiona as tontas.
 Estamos inaugurando uma poesia nova, proibida de antemão para
 o ouvido fino,
 de  escândalo, e aberta para o vocábulo intencionaldesnudo e abraçador.
 Estamos  na física nuclear dos poemas, ozônio da palavra que destrua a «aranha» que  circunda a mosca.Estamos contra o anjo
 pelo homem, na terra. Estamos contra o céu para instaurar a
 pedra,
 [estamos
 contra  o ídolo, para explorar o bosque do gênese pagão. Poesia vigilante de olhos desertos, de punhos cerrados e
                                                                      dentes pontiagudos. Estamos com o homem quotidiano, na rua, no bar, na praça. Com cheiro de clorofórmio  e a presença da morte. Com o sexo violado da
 garota  vendida.
   Com  a abstenção do homem que se nega a comer,até que um coice
 atinja  a boca e salve-lhe a vida. Estamos  com  nobre mantenedor de ruas, sentimos em  suas mãos a mordida do frio, a areia na escova, a umidade pelos ossos, a febre na   pupila e  escorbuto amargo. Estamos com a espalda desnuda no arado, semeando juntos o
 grão
 uma  ilusão futura, uma verdade que vem à noite galopando,Cavaleiro Da Alvorada.
   Sentimos  em suas mãos a maternal carícia quando toca a terra, somos por suas mãos gêmeas  na angústia, siameses na ira. Estamos com um irmão                                    que dorme nos ladrilhos                                                               aos pés da República.  Com  aquele que perdera trabalhando una perna, e com cinquenta       pesos judeus pagaram-no.
 E  alguém virá dizer-me que estou equivocado!   Nós  repudiamos praticamente tudo que nos vede ou engane... Comprénda-se bem, que me  entiendam claro:Estamos contra o hombre «Coiote» em armazens ladrões de
 trabalho.
 Contra até o operário que explora os seus irmãos. Contra
 aqueles que gastam volumoso Orçamento com fins decorativos.
 Estamos contra toda  liberdade de conta-gotas, obediente na mão do cirurgião de turno.
 Estamos contra muitos pela  saúde de todos!...   II   Os poetas desceram  das nuvens. Caminham pela rua como  todos os homens, falam com eles em sua mesma língua
                                      e constróem com eles uma patria.  São perseguidos pela  polícia. E não lhes dão trabalho  porque cantam a tórax descoberto. Os poetas desceram na tirra,  vestiram o traje camponês,                                                        lavraram a terra para outros,  venderam sua saúde a preços irrisórios...
 Os que não morreram se casaram;  e seus filhos se tornaram                                                                         soldados,   policiais,
          e remegaram  sua origem  ou se calaram. Aceitemos que não tenham  amigos pelo fio do traje que cobre sua derrota.
 Aceitemos que sigam pela  rua disparando saudações,                                                         recolhendo  sorrisos e moedas, para aliviar  sua angústia. Aceitemos, porque todos  devemos evitar como humanos                                              a  destruição do sexo,  a violação do ânus. Aceitemos  que vivemos com a morte no olho,    aberto noite e dia para cair de frente.
 Aceitemos tudo; mas  nunca aceitemos ser cruéis,                                                                apologistas de beneméritos de pluma  forte e caudilhos de cartão. 
                    os poetas se revelaram como homens.  Caminharam  pelas ruas e   
                      subúrbios.
 Morreram por seu amor em  Alicante. Foram asassinados em  Granada. Os poetas não sentem em  poltronas acadêmicas, sentem-se nos                                                                    parques, conversam com o povo, conversam con  el mar.  Eles mesmos são uma onda,  eles mesmos rompem-se em átomos de espuma com a rocha, contra a pedra cega que  pretende ignorar a rebelião da água, o golpe da onda, a vitoria do mar.  Um dia a poesia foi el  plumagem melodiosa de cisne, o pescoço que era seu símbolo onde ondulava o  verso. Matéria nobre então para eludir a vida, para eludir o sujo e caótico do  clima. Depois veio um ambiente refugiado no abstratovendendo  seu silencio.
   Poesia  fabricada de acordo com o próximo que compra e paga. E para ser sincero: Aí estão meus poemas com muleta e com óculos, meia dúzia  bons, trinta dúzias ruins. Devemos dizer as coisas com um acento claro:
 Agora  detesto os meus versos! Aceitamos que eram versos ruins. Aceitemos que os que agora  escrevo sejam piores. Que toda a minha poesia é um desastre, mas canto em meu  centro orbital. Girando para os homens que sofrem o  seu silêncio. Sou o espelho de meu tempo! Um  filho, que não tenho, preguntará amanhã: E tudo aconteceu no Século XX?       Página  publicada em outubro de 2020 
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