| Foto:  https://www.google.com/search?q=AIDA+PARRAGA       AÍDA PÁRRAGA   Nació en San Salvador  el 7 de agosto de 1966. Ha formado parte de la Compañía Nacional de Teatro, con  la cual representó a su país en el XVII Festival Latino de Teatro de New York,  con la obra La misma sangre de Carlos Velis (salvadoreño) y bajo la dirección  del maestro Emilio Carballido. Posteriormente se integra como miembro estable  de la compañía de teatro Hamlet, a la que pertenece hasta el momento. En 1995 gana el Primer  Lugar en la rama Ensayo del Certamen Centroamericano de Literatura Joven  Femenina, convocado por la UNESCO. Ese mismo año funda el grupo poético Poesía  y Más. En mayo de 1997, por  razones de trabajo, Aída se muda a la ciudad de Beijing en donde se desenvuelve  como maestra en la Universidad de Economía y Negocios de Beijing y en la  Universidad de Idiomas Extranjeros. Desde 1997 hasta su regreso a El Salvador,  en noviembre de 1999, se desempeña como corresponsal en el exterior para La Prensa Gráfica; medio en el que pública  una serie de quince artículos (crónicas de viaje y temas relacionados con el  arte). Aída cuenta con varios  poemarios inéditos, entre ellos: Voces; Trinario; ¿Qué alma llevas?; Fantasmas en  guerra; Imágenes y memorias de una peripatética. Su obra narrativa: Sólo cuentos; El señor  del Tacuazín y un libro de crónicas de viajes, A la luz del mundo.     TEXTO  EN ESPAÑOL   -   TEXTO EM PORTUGUÊS       ANTOLOGÍA  5to. FESTIVAL MUNDIAL  2008. Homenaje a  Gustavo Pereira.   África / América / Ásia / Europa / Oceanía.  Caracas, Venezuela: Fundación Casa Nacional  de las Letras Andrés Bello, 2009.  372  p.  15,5x20 cm. "5º. Festival  Mundial de Poesía".   ISBN  978-980-214-221-7   Ej. bibl. Antonio  Miranda     
                    AUTOBIOGRAFÍA  Esa mujer que ves ahí no tiene nada.Sus manos no saben de anillos
 pero anidan mariposas,
 no tiene más adorno sobre su pecho
 que dos enhiestas esmeraldas,
 ni más vestido que la cubra
 que las huellas que un amante le dejara.
 Esa mujer que ves ahí
 anda desde siempre pie descalza
 y no tiene pasaporte,
 ni cédula,
 ni esperanza,
 pero le sobran caminos,
 tierras profundas y lejanas,
 y aunque no tiene nombre
 los pájaros la llaman.
 Esa mujer que ves ahí
 no tiene casa...
 y para cama le basta una sonrisa,
 se asoma al mundo
 por su única ventana
 que le confirma que está viva.
 Esa mujer que ves ahí
 no tiene nada,
 más que un gran amor en la distancia
 por el que le brotan mil luceros en el vientre, por el que se viste de luz,
 por el que calla,
 por el  que las nubes se le incendian,
 por el que las noches no se acaban.
 Esa mujer que ves ahí
 a veces ni siquiera sabe si en verdad existe
 y entonces se convierte en frágil hierba,
 o en ráfaga de viento que asustada
 corre a refugiarse en tu palabra.
     TEXTO  EM PORTUGUÊSTradução: ANTONIO  MIRANDA
     
                           AUTORBIOGRAFIA
 Essa mulher que aí  vês
 não  tem nada.
 Suas  mãos não sabem de anéis
 mas  aninham borboletas,
 não  tem mais adorno sobre os seios
 do  que duas eretas esmeraldas,
 nem  mais roupa que a cubra
 que  os vestígios que um amante legara.
 Essa  mulher que aí vês
 anda  desde sempre descalça
 e  não tem passaporte,
 nem  documento,
 nem  esperança,
 mas  sobram-lhe caminhos,
 terras  profundas e distantes,
 e  mesmo não tendo nome
 os  pássaros chamam-na.
 Essa  mulher que aí vês
 não  tem casa...
 e  para cama basta-lhe um sorriso,
 assoma  ao mundo
 por  sua única janela
 que  confirma que está viva.
 Essa  mulher que aí vês
 não  tem nada
 mais  que um grande amor na distância
 por  onde brotam mil luzeiros no ventre,
 pelo  qual se veste de luz,
 pelo  que cala,
 pelo  qual as nuvens incendeiam,
 pelo  qual as noites não terminam.
 Essa  mulher que aí vês
 às  vezes nem sabe se em verdade existe
 e  então se transforma em frágil erva,
 ou em rajada de vento que assustada
 corre  para refugiar-se em tua palavra.
         Página publicada em  abril de 2020          
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