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Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

MIROSLAV SCHEUBA

 

 

Poeta y cocinero. Personaje de extraordinaria sensibilidad para la cocina y poesía.

Nos conocimos en la magnífica casa de Lucia Valenzuela, entre libros y objetos de viajes, y luego volvemos a encontrarnos otras veces durante el IV Festival Internacional de Poesía (Feria del Libro de Buenos, 2009) y tuve el gusto de que me enviara los poemas que viene abajo, para compartir con nuestros lectores e amigos.  A. M.

 

TEXTOS EN ESPAÑOL / TEXTOS EM PORTUGUÊS 

 

ODA AL PAN

 

Hermano, hermano milagroso

que has estado en las manos del Señor,

nunca faltes en la verdad de ninguna mesa,

ni en el falso mesón del ateo que igual come

ni en la pobre tabla del incrédulo que igual duda.

Menos, en la mesada del panadero que te sueña.

Él con el viento de sus manos

hace cordilleras

y tormentas de harina.

Con los ríos de los deshielos

forma un lago que peligra

y no se desborda

porque está el soplo de su creación

con el amasado de la mañana.

Ocre la nube frágil baja en granizo

de mágica levadura. Y los fermentos calientan la tierra

por la acción de sus pasiones.

Ahora los cerros elevados en su gracia,

ya cortados, son llevados al vientre de un sol

que los va a gestar para la vida. Al fin una voz exclama:

¡Ha nacido el pan!

A repartirlo entre todas las religiones

para que lo hagan doctrina.

Para que reciba el beso agradecido de los fieles

que algún día se irán a dormir en el cielo de una vida eterna,

o para que reciba la saliva del blasfemo

que lo muerde y lo arroja cometiendo la herejía.

Mas el pan de Génesis es un símbolo

creado como la Palabra. Una palabra

en este universo secreto y verdadero.

Y Universo es el verdadero y secreto

nombre de Dios.

  

 

OSTRAS CON PERLAS CULTIVADAS

 

 Aprenda a conocer las ostras,

las frescas son egoístas y cerradas.

Tenga en cuenta la matemática

y no compre sin entusiasmo,

piense en docenas y alégrese.

Si está oscuro, triste o melancólico

deje las ostras para otro día

y practique el ostracismo.

El segundo relámpago…

es aprender a abrirlas; es todo un arte.

Si se corta un dedo, insulte.

Luego, lávelas con la bondad del agua.

(Ellas hacen el amor en la playa

y siempre están sucias de arena).

Pruebe a la que considere sospechosa

y si le miente, escúpala. Es un deber

acordarse de tener mucho hielo

y no olvidarse del vino. Mejor con espuma.

Consiga un collar de perlas falsas y suéltelo

sobre el hielo picado, lecho nupcial de ostras

y de perlas, que si de pura emoción

de falsas pasan a ser verdaderas,

usted es un poeta.

 

 

(*) Del libro Los poemas del cocinero

 

 

 

ORACIÓN AMAZÓNICA

 

 

¡Oh Señor! desde el corazón del enfermo Amazonas

nosotros, los indios de Sudamérica,

elevamos a tu corazón esta plegaria:

Aunque Tu no nos veas

nosotros desde la selva

te miramos cuando miramos el cielo.

Aunque Tu no nos oigas

nosotros en la cueva

te escuchamos en silencio.

Aunque Tu no nos hables

nosotros en el medio de la inundación

te hablamos con el pensamiento.

Somos los que tenemos muchos nombres:

Somos los Xavantes

los que estamos rezando por todas las tribus de Brasil.

Somos los Caucanos

los que estamos rezando por todas las tribus de Colombia.

Somos los Yanomamis

los que estamos rezando por todas las tribus de Venezuela.

Aunque otros nos pongan piedras en el camino

con la oración hemos encontrado un camino para agradecer.

Gracias Señor por las lianas de la fe,

aunque otros sin avisarnos nos pongan lianas electrificadas.

Gracias Señor por los ríos de la esperanza,

ríos que cada días están más contaminados.

Gracias Señor por los árboles de la paciencia

aunque por otros sean talados e incendiados.

Gracias Señor por el aire que respiramos

y aunque a veces es más humo que aire

igual lo compartimos como compartimos el agua y el pan.

Gracias Señor por habernos enseñado a rezar

por todos los otros y por nosotros

y por nuestro Amazonas, digno de alabanza y digno de perdón.

 

  

 

Sanata o mucho más que una sanata

 

                                                                            A Luisa Valenzuela                                                                             

 

Al vino le gustan  los rincones,

la soledad fresca y oscura, el duelo de los árboles, el sueño de los sótanos,

las clepsidras y los más antiguos relojes que ya se han cansado del tiempo.

 

 

Al vino le gustan las espadas,

las anotaciones en los mapas, el silencio de la brújula, el canto de las olas,

los barcos de siglos pasados, la luna en el cielo y la misma luna en el mar.

 

 

Al vino le gustan los negros chales de vicuña,

los almanaques, las cintas, las medallas, el papel de seda, los pergaminos

lejanos y abandonados, los viejos libros que apenas murmuran su desdicha.

 

 

Al vino le gustan los viajes,

las islas escondidas, los tesoros, las leyendas, los escritorios, los teatros,

vivir de ilusiones y frases célebres, las damas de la noche, el oro y el olvido.

 

 

Al vino le gustan las doncellas,

los violoncelos, las sacristías, los arcones, las sacerdotisas,  las astrólogas,

los alquimistas, los fantasmas, las máscaras, los poetas, los piratas y los políticos.

 

 

Al vino le gustan las madrugadas,

mentir en las tabernas, ser juglar, trovador, señor en un palacio, un libertino

en las alcobas; ser un sabio mayordomo, ser actor, doctor y un domador de viudas.

 

 

Al vino le gustan las maderas,

los sonidos de la penumbra con telarañas que se mueven como tímpanos,

los frutos prohibidos, los ruiseñores de la lluvia y el amor de los insectos.

 

 

 

(*) Del libro En el nombre del vino

 

 

TEXTOS EM PORTUGUÊS  

Traducciónes de Haydée M. Jofre Barroso y Antonio Miranda

 

 

ODE AO PÃO

 

Irmão, irmão milagroso
que estiveste nas mãos do Semhor,
nunca faltes na verdade de nenhuma mesa,
nem na falsa pousada do ateu que igual come
nem na pobre tábua do incrédulo que igual duvida.
Menos, na mesad o padeiro que te sonha.
Ele como o vento de suas mãos
faz cordilheiras
e tormentas de farinha.
Com os ríos dos degelos

forma um lago que periga
e não desborda
porque está o sopro de sua criação
com o amassado da manhã.

Ocre a núvem frágil desce em granizo
de mágica levedura. E os fermentos aquecem a terra
pela ação de suas paixões.
Agora os montes elevados em sua graça,
já cortados, são levados ao ventre de um sol
que vai gestá-los para a vida. Afinal uma voz exclama:
Nasceu o pão!

A reparti-lo entre todas as religiões
para se torne doutrina.

Para receber o beijo agradecido dos fiéis
que algum dia irão dormir no céu de uma vida eterna,
ou para receber a saliva do blasfemo
que o morde e o lança cometendo heresia.
Mas o pão do Gênese é um símbolo
criado como a Palabra. Uma palabra
neste universo secreto e verdadeiro.
E Universo é o verdadeiro e secreto
nome de Deus.

 

 

OSTRAS COM PÉROLAS CULTIVADAS

 

Aprenda a conhecer as ostras,
as frescas são egoistas e cerradas.
Leve em conta a matemática
e não compre sem entusiasmo,
pense em dezenas e alegre-se.
Se está escuro, triste ou melancólico
deixe as ostras para outro dia
e pratique o ostracismo.
O segundo relámpago…
é aprender a abri-las; é toda uma arte.
Se corta um dedo, insulte.
Logo, lave-as com a bondade da agua.
(Elas fazem o amor na Praia
e sempre estão sujas de areia).
Prove a que considere suspeita
e se mente, cuspa-a. É um deber
lembrar-se de ter bastante gelo
e não esquecer o vinho. Melhor com espuma.
Consiga um colar de pérolas falsas e solte-o
sobre o gelo picado, leito nupcial de ostras
e de pérolas, que se de pura emoção
de serem falsas passa a ser verdadeiras,
você é um poeta.

(*) Del libro Los poemas del cocinero

 

 

 

PRECE AMAZÔNICA   

 

Traducción de Haydée M. Jofre Barroso

 

 

¡Oh, Senhor!, do corazão doente da Amazônia

nós, os índios da Sudamérica,

elevamos a Teu coração esta prece:

Embora Tu não vejas

estes índios, nós, do coração da selva,

olhamos para Ti quando olhamos para o céu.

Ainda que Tu não escutes, da cova

escutamos-te em silêncio.

Ainda que Tu não fales

nós, no centro da inundação

falamos-te com o pensamento.

Somos aqueles que tem muitos nomes:

Estamos nós os Xavantes

rezando por todas as tribos do Brasil.

Rezamos nós os Caucanos

por todas as tribos da Colômbia.

E nós somos os Yanomamis

que rezamos pelas tribos da Venezuela.

Embora outros ponham pedras no caminho,

com a oaracão encontramos o caminho da gratidão.

Obrigado Senhor pelos rios da esperança,

rios que são cada dia mais contaminados.

Obrigado Senhor por ter nos dados os fios da fé

embora por enquanto nos coloquem fios eletrificados.

Obrigado Senhor por todas as árvores da paciencia,

árvores que todos os dias são taladas e queimadas.

Obrigado Senhor pelo ar que respiramos

apesar de que muitas vezes é fumaça mais do que ar,

ainda que compartilhemos esse ar como a água e o pão.

E obrigado por ter ensinado a rezar

por todos os outros e por nós

e por nosso Amazônas digno tanto de ser louvado, quanto de perdão.

 

 

 

 Sanata ou bem mais que uma sanata

 

                                                                            A Luisa Valenzuela     

 

O vinho aprecia   os recantos,       
     a soledade fresca e escura, o dolo das árvores, o sonho dos sótãos,
as clepsidras e os relógios mais antigos que já estão cansados pelo tempo.

 

O vinho aprecia as espadas,
as anotações nos mapas, o siléncio da bússola, o canto das ondas,
os navios de séculos pasados, a lua no céu e a mesma lua no mar.

 

O vinho aprecia os chales negros de vicunha,
os almanaques, as cintas, as medalhas, o papel de seda, os pegamihos

distante e abandonados, os velhos libros que apenas murmuram sua desdita.

 

O vinhao aprecia as viagens,
as ilhas escondidas, os tesouros, as lendas, os escritorios, os teatros,
viver de ilusões e frases célebres, as damas da noite, o ouro e o olvido.

 

O vinho aprecia as donzelas,
os violoncelos, as sacristías, os arcas, as sacerdotisas, as astrólogas,
os alquimistas, os fantasmas, as máscaras, os poetas, os piratas e os políticos.

 

O vinho aprecia as madrugadas,
mentir nas tabernas, ser jogral, trovador, senhor em seu palacio, um libertino
nas alcovas; ser um sábio mordomo, se ator, doutor e um domador de viuvas.

O vinho aprecia as madeiras,
os sons na penumbra com teias de aranhas que se mostram como tímpanos,
os frutos proibidos, os rousinois da chuva e o amor dos insetos.

 

 

 

(*) Del libro En el nombre del vino

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



 

 

 
 
 
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