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APROXIMACIÓN A ADONIAS FILHO

 

ANTONIO MIRANDA


Publicado originalmente em IMAGEN- Quincenario de Arte, Literatura e Información Cultural. Caracas, Venezuela,  N. 85, 15/30 Noviembre de 1970. p. 46-47

 

 

Estuvimos con Adonias Filho en su despacho en la Biblioteca Nacional de Rio de Janeiro (él es su Director) en noviembre del año pasado y acordamos una entrevista para el día siguiente que no pudo realizarse. La entrevista que hoy publicamos fue realizada mediante correspondencia, gracias a la buena voluntad del escritor. Una entrevista personal hubiese resultado más atractiva e interesante pero la que nos envió tiene el mérito de haber sido redactada por el autor de “Memorias de Lázaro” con detenimiento y con atención. Accedió al diálogo interesado como está en establecer contacto con la intelectualidad venezolana después que las editoriales Monte Avila y Tiempo Nuevo publicaron sus obras “A

 

cuerpo vivo” y “Memorias de Lázaro”, y de paso nos halaga afirmando: “Conozco el quincenario Imagen que considero de primera calidad.”

 

“La ficción brasileña está hoy en manos de cuatro escritores, todos ya plenos y maduros (no diría realizados) en su carrera literaria. Uno ha muerto: João Guimarães Rosa. Los otros son Clarice Lispector, Autran Dourado y Adonías Filho.” Quien nos lo afirma es el crítico Assis Brasil en su libro “Adonias Filho” (1) Y continúa: “Claro que después de estos escritores hay la generación de los más nuevos y novísimos, con otras preocupaciones formales, con otros enfoques creadores, pero son escritores que todavía se debaten entre la buena realización y la inmaturidad, con nombres ya destacándose”.

 

Otros críticos embarazan más nombre a la lista tan escueta de Assis Brasil, incluyendo también a Jorge Amado, Érico Veríssimo, José Lins do Rego, Graciliano Ramos y Dalton Trevisan, pero casi todos señalan Adonias Filho entre los más destacados novelistas brasileños contemporáneos, sobre todo en una lista que incluye “romancistas” posteriores a 1945. “Adonias Filho — continúa el crítico Assis Brasil —, en una linea que viene de los clásicos portugueses y desemboca en Graciliano Ramos, fue precisamente aquel escritor que vino a desconcertar a los críticos para quines las clasificaciones “regional” y “psicológica” todavía sirven de orientación para sus “gastadas” historias literarias”.

 

Aquí llegamos a un punto importante, al parentesco de la novelística de Adonias Filho con ele (espontáneo) grupo de los “novelistas del Nordeste” (2). Y a la (inevitable) comparación de su técnica con la de su contemporáneo João Guimarães Rosa. Volvamos al juicio de Assis Brasil: “Claro que el instrumental lingüístico de Adonias Filho se sirve de localismos y expresiones usadas en determinada región, pero tal aspecto de su obra no será necesariamente el soporte para clasificarla. Es tan sólo un aspecto de la obra, un recurso del escritor para “trabajar” en el sistema lingüístico.

 

En el caso de Adonias Filho — y lo que ha asustado a algunos críticos — es que su aprovechamiento de los localismos y expresiones regionales está hecho de manera de no “tumultuar” mucho el sistema lingüístico tradicional. Pero crea su propio lenguaje artístico”. “El lado opuesto de la experiencia de Adonias Filho es João Guimarães Rosa. Este “tumultua” el sistema lingüístico de tal manera que llega a caer en la creación pura y simple de palabras y expresiones, o entonces desentierra expresiones “envejecidas”, que muchas veces quedaron olvidadas en el interior del Brasil”.

 

 —¿Cómo elabora sus novelas? Aunque parezca obvio, ¿por dónde empieza?

 

—Todas mis novelas y cuentos, a excepción de “El Fuerte” y  ahora “Luanda, Beira, Bahia”, vienen de la infancia. He dicho innúmeras veces que es el niño —el niño de las matas de cacao del sur de Bahía— quien escribe con mis manos. Y, consecuencia de ese regreso a la infancia que refleja un proceso permanente de creación, todo cuanto escribo está más o menos compuesto cuando empiezo. “El Fuerte”, por ejemplo, escrito en 1964, fue pensado durante la guerra, en el mismo fuerte en que servía como recluta y publicado casi veinticinco años después.

 

—Qué importancia atribuye, dentro de la novela, a la técnica y qué importancia al tema?

 

—El tema, por más importante que sea, depende de los elementos rigurosamente técnicos y literarios como el lenguaje y la carpintería, el poder de movimentación episódica y de caracterización del personaje con la aplicación segura de tiempo y espacio. La técnica y el tea están de tal forma ligados, pues, que uno completa lo otro en el fondo de la estructura novelística.

 

—Considera justa la afirmación de los críticos de que la violencia es el tema central  de su obra y también de la de sus contemporáneos?

 

—Todo cuanto puedo declarar es que, si hay violencia en la temática de la novela, viene como una consecuencia del mundo y de la vida. Cualquier periódico, todos los días, muestra que la constante, y cada vez más, es la violencia. Nosotros, ficcionistas, no la inventamos. Y, de mi parte, no hice más que tomarla de la realidad. Considero justa, pues, la afirmación de los críticos.

 

—Hasta dónde la realidad o dónde empieza la ficción en su novela??Considera el “Realismo Mágico” como característica de la nueva literatura continental?

 

—No creo pueda existir ficción sin que haya la realidad como origen. La expresión “realismo mágico”—, que no me parece una fórmula, explica efectivamente mucho de la combinación entre la realidad y la capacidad inventiva que configura la ficción de nuestro continente. En mis novelas, si la realidad constituye la base en el sentido del ambiente y de la temática, la creatividad en ella se inspira para los mitos y la problemática.

 

—Cuál de sus novelas considera la más realizada o —si prefiera— se considera realizado en alguna de sus obras ¿Por qué?

 

—No me sería posible concluir sobre si una de mis novelas se realizó mejor en relación a las demás. Claro está que pudo haber tenido un error de cálculo o mala observación acerca de su propia realización. Pero, en el conjunto de mi obra de ficción, prefiero “Cuerpo Vivo” como “novela realizada”. Hay en ella el lado plástico, de armazón, que quizás justifique mi preferencia.

 

—Está escribiendo alguna obra actualmente?

 

—Sí, una novela, “Luanda, Beira, Bahia”. Y, casi concluída. Deberá ser editada en el proximo año. Es una novela del mar con acción en Bahía y el África Portuguesa. No creo, sin embargo, y pese al tema, se aparte de las características y de las constantes literarias de mi ficción.m

 

—“El Fuerte”, de Adonias Filho, ha sido traducido al alemán y la edición en portugués ha merecido el apoyo de la crítica y el interés del público en varias ediciones. “El Fuerte” es su mejor obra?

 

—No sé cuál es mi “mejor obra”. No creo pueda ser “El Fuerte” que, consecuencia quizá del lenguaje poético, impresiona un poco más al público erudito. Nuestra “mejor obra” siempre es la que estamos escribiendo. Confieso, sin embargo, que, de todo que hasta ahora he escrito, lo que mas me agrada es el cuento “O Pai” (“El Padre”), que integra el libro de cuentos “Léguas de Promissão”.

 

—Considera el idioma portugués una limitación de importancia para la difusión de la literatura brasileña en el exterior?

 

—¡No, no lo considero! Es posible que, antiguamente, haya sido la “limitación” a que se refiere. Hoy, sin embargo, y escrita en portugués, la literatura brasileña viene siendo traducida en el mundo entero. Es necesario no olvidar todavía que, con una población de cien millones que hablan portugués, el Brasil ya representa un gran mercado. Eso, para no hablar de Portugal y del África Portuguesa. Es probable que nuestro mercado interno (3), ya absorbiendo ediciones sucesivas, pueda credencial el libro para las traducciones. La verdad, sin embargo, es que el idioma portugués no limita la difusión de nuestra literatura en el exterior.

 

—Sobre literatura brasileña ¿cuál es la razón de la popularidad o difusión en el exterior de autores como Jorge Amado, Guimarães Rosa, Clarice Lispector, Érico Veríssimo, Adonias Filho? ¿Exotismo, originalidad, “tropicalismo”, vitalidad, violencia, temática, mensaje?

 

—Es realmente difícil saber cuales son las causas que ya popularizaron la moderna ficción brasileña en el exterior. Es posible que un poco de cada elemento recordado por ti —como el exotismo, la temática y la vitalidad— haya concurrido para la incorporación nuestra en el mundo literario. Pero, si es verdad que viene creciendo el interés de los países europeos por nuestras novelas, y al lado de lo que en ellas pueda haber de humanidad, me parece que el motivo fundamental es la revelación —en auténtica literatura— de seres y cosas desconocidas para Europa. La vivencia nuestra y nuestro comportamiento, en materia ficcional realmente sorprendente —y no tan sólo brasileña sino en términos de continente— tendrían fatalmente que llamar la atención de otros pueblos.

 

—¿Cuáles son las principales dificultades del escritor brasileño en la actualidad?

 

—Las dificultades del escritor brasileño, hoy, son las mismas de los escritores de otros países. Las luchas y los obstáculos son iguales, sobre todo por falta de editor, hasta el momento de su afirmación. A partir de entonces, del primer éxito, el resto es tan sólo trabajo en el sentido de la capacidad de producir.

 

—¿Cuáles son las características resaltantes de la nueva literatura brasileña?

 

—La nueva literatura brasileña, que existe en función de las matrices orales que la generaron, no tuvo como desvincularse de la tradición. Todos nosotros, de alguna manera, conocemos a nuestros abuelos literarios. Pero, si es realmente indispensable fijar sus principales características, diré que en ella están todos los caminos y todas las experiencias de la ficción y de la poesía modernas. Una configuración crítica, en este sentido, me parece extremamente difícil. Quizá fuese cierto afirmar que aquellas características están en la diversidad de géneros y autores.

 

—¿Puede un escritor brasileño, hoy día, vivir exclusivamente de su trabajo de escritor?

 

—Sí, un escritor brasileño consagrado vivirá hoy exclusivamente de su trabajo de escritor. Una de las razones es precisamente la posibilidad de las traducciones. Y otra razón es la lenta, pero creciente, conquista del mercado interno. La remuneración para el trabajo literario —artículo o crónica— ya es alta para el escritor realizado. Y, además, consecuencia del Seguro Social en el Brasil, el escritor tiene asegurada su jubilación —como escritor— después de treinta años de actividad. Yo mismo, como ejemplo, me jubilé el año pasado, a los 54 años de edad. Y decir jubilado no significa encerrar la vida de escritor. Continuamos trabajando —como sucede con cualquier profesión— pero, ya entonces, con el futuro amparado por el Estado.

 

—¿Está de acuerdo con que la literatura hispano-americana, por “obra y gracia” de sus más notables representantes de hoy, sea el movimiento literario de mayor significación en las letras mundiales, como se pregona? ¿Considera, como otros afirman, que el auge de la literatura hispanoamericana corresponde al declivio de la literatura europea y norteamericana?

 

—No, no estoy de acuerdo. El vértice a que llegó la literatura hispanoamericana, si la coloca al lado de las grandes literaturas, no implica cualquier superioridad. Particularmente, sin embargo, siempre fui contra ese criterio de “más importante”. Es una literatura distinta, con aceptación popular justa, de cualidades propias que no anulan —por eso— la literatura europea y norteamericana. Sería inútil, inclusive por dificultad de percepción crítica, el examen comparativo entre literaturas contemporáneas. La fuerza de todas ellas, a mi modo de ver, decorre de la correlación misma entre ellas.

 

—La literatura hispanoamericana reúne características propias de estilo y temática o es un “apéndice aclimatado” de la literatura europea?

 

—“Cualidades propias”, decía hace poco. Claro está que sujeta a una cultura definida, la literatura hispanoamericana dispone de temáticas y constantes propias. El estilo, que es un problema individual del escritor, de ella participa en la proporción en que ese escritor en ella se integra y de ella resulta. ¡No, no es una prolongación o “apéndice” de la literatura europea! El encuentro, que subsiste entre las literaturas, decorre de las afinidades humanas que hermanan a todos los escritores.

 

—Para satisfacer una curiosidad nuestra: “Qué autores venezolanos tuvo la oportunidad de leer? En caso positivo, cuál es su opinión sobre ellos desde un punto de vista continental o universal?

 

—Leí algunos escritores venezolanos y, entre ellos naturalmente, Rómulo Gallegos, que es un hombre universal. “Doña Bárbara” constituye una de las aperturas para al irradiación internacional de la ficción hispanoamericana de hoy. También leí a Mariano Picón Salas, el ensayista de “De la Conquista a la Independencia”, con capacidad extraordinaria de especulación, verdadero “scholar” en las tomadas y en los debates de las tesis. Y también leí a Salvador Garmendia, a quien conocí recientemene en Alemania. Conozco, infelizmente, tan sólo dos de sus libros. Pero, en “Difuntos, Extraños y Volátiles”, como en “La Mala Vida”, y en el fondo de su extraño poder de transfiguración que siempre refleja una vocación poética, no hay como ignorar que es un escritor de nuestro continente.  

 

 

NOTAS

  1. BRASIL, Francisco de ASSIS Almeida. 1932.  Adonias Filho, ensaio. Rio de Janeiro, Oganização Simões, editora, 1969.  152 p.
  2. “Caracterizan esa fase los llamados “novelistas del Nordeste”, los cuales traen a su obra el paisaje y problemas humanos de aquella región. Pero aunque representen una tendencia, nunca formaron un grupo, en sentido estricto”. CÂNDIDO, Antonio. Introducción a la literatura de Brasil. Caracas, Monte Ávila, 1968. p. 85
  3. Para que los lectores puedan tener una idea de lo que representa este mercado, en el año de 1969 se calcula que las imprentas y editoriales del Brasil lanzaron nada menos que 200 millones de ejemplares de libros y folletos.   


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