| 
                   Foto:  http://www.cajamarca-sucesos.com/ 
                    
                    
                    
                  GUTEMBERG ALIAGA ZEGARRA 
                    
                    
                  Gutemberg Aliaga  Zegarra, "Guto" para los amigos. Sucre- Celendin, en 1947, Cajamarca.  Narrador y poeta. En ambos, con excelencia. Profesor de Castellano y Literatura  y ha ejercido la docencia en diversas instituciones de la región. Su obra  poética y narrativa, plena de reminiscencias telúricas, habla "de su amor  a la tierra y se desliza cantarina como las aguas de los riachuelos de nuestra  tierra natal". Tensión lírica tierna y explicativa, con extraño poder  descriptivo en el texto fino y trabajado. Como bajo constante, está la palabra  exacta o punzante en pro del Hombre. Este edredón pinturero de sus pueblos que  canta, parecieran ser slides de acuarelas borrachas de color y ritmo. La  sonoridad de su voz se hace sentir, no obstante la lejanía del Ande y su porfía  de guardar perfil bajo. 
                  En 1989 obtuvo Mención  Honrosa en el Concurso de Cuentos Andinos; en 1991 obtuvo el Primer Premio de  cuento "Alfonso Peláez Bazán" y en 1992, Mención Honrosa en los  juegos florales "César Vallejo". Ha publicado "El Sueño del  Floripondio", "Fibras del Tiempo" entre otras obras. 
                    
                    
                    
                  
                    TEXTO EN ESPAÑOL  -  TEXTO EM PORTUGUÊS 
                   
                    
                    
                  
                  VARGAS, José Guiilllermo, compilador.  Las Voces Encantadas.  Lima: Maribelina – Casa del Poeta Peruano,  2016.   246 p.   Ex. bibl. Antonio Miranda 
                    
                    
                    
                    
                  ANGUSTIA Y REFLEXIÓN 
                    
                  Que será de mi pueblo  
                    a esta hora...?  
                    Cuando entre vítores,  
                    cohetes y bombardas  
                    iluminen su cielo azul  
                    jaspeado de titilantes estrellas. 
                    
                  Que será de mi pueblo 
                  a esta hora...? 
                  De ver sus calles retorcidas 
                  y sus techos disparejos 
                  escondiéndose en el alma 
                  al ritmo cadencioso 
                  de sus aguas cantarínas. 
                    
                  Qué será de mi pueblo 
                  a esta hora...? 
                  Hoy que sus cerros enhiestos 
                  centinelan su futuro 
                  departiendo severidad e hidalguía. 
                    
                  Y en la inmensidad de su égloga verde,  
                    de sauces llorones,  
                    de blancas garzas  
                    y melodiosos zorzales,  
                    saluden a nuestro Santo Patrón:  
                    San Isidro Labrador. 
                    
                  A esta hora, cuando sus hijos 
                  Desandan su progreso, 
                  lo corroen, lo apostrofan, 
                  y le merman el pan de su sustento. 
                    
                  No por mí... 
                  Ni por ti... Ni por  él... 
                    
                  Por sus mujeres 
                  que genuflexan la  cerviz 
                  ante la imagen  hierática del sombrero. 
                    
                  Por sus jóvenes, 
                  que deambulan sin Dios, 
                  buscando el sendero de  sus antepasados. 
                    
                  Por sus niños, 
                  que esperan un pan más 
                  del costado sangrante  de Cristo. 
                    
                  Por eso canto para los  cicateros, 
                  para los huérfanos de  espíritu. 
                  Para que sus apetitos 
                  no mengüen nuestras  aspiraciones. 
                  Para no deambular entre  ceja y ceja, 
                  deshonrando a nuestros  padres. 
                  Para no exclamar:  ¡Hermanos!... 
                  Para ustedes canto  yo... 
                  ¡Con amor fraterno! 
                  ¡Salud! 
                    
                    
                    
                  TEXTO EM PORTUGUÊS 
                    Tradução de Antonio Miranda 
                    
                    
                    
                        ANGÚSTIA E REFLEXÃO 
                    
                  Que será de meu povo  
                    à esta hora...?  
                    Quando entre aplausos,  
                    foguetes e bombardeios  
                    iluminem seu céu azul  
                    marmoreado de cintilantes estrelas 
                    
                  Que será de meu povo 
                  à esta hora...? 
                  Ao ver suas ruas retorcidas 
                  e seus tetos irregulares 
                  escondendo-se na alma 
                  no ritmo cadencioso 
                  de suas águas cantantes. 
                    
                  Que será de meu povo 
                  à esta hora...? 
                  Hoje que seus morros verticais 
                  Vigiam o seu futuro 
                  debatendo severidade e fidalguia. 
                    
                  E na imensidão de sua écloga verde,  
                    de salgueiros,  
                    de brancas garças  
                    e melodiosos tordos,  
                    saúde nosso Santo Patrão:  
                    São Isidro Lavrador. 
                    
                  À esta hora, quando seus filhos 
                  Desandam o seu progresso, 
                  e o corrói, o apostrofam, 
                  e prejudicam o pão de seu sustento. 
                    
                  Não por mim.   
                  Nem por ti... Nem por êle... 
                    
                  Por suas mulheres 
                  que fazem a genuflexão pela  nuca 
                  frente à imagen  hierática do chapéu. 
                    
                  Por seus jovens, 
                  que caminham sem Deus, 
                  buscando o caminho de seus  antepassados. 
                    
                  Por suas crianças, 
                  que esperam um pão a mais 
                  doa lateral sangrante  de Cristo. 
                    
                  Por isso canto para los  avaros, 
                  para os órfãos de  espírito.  
                  Para que seu apetite 
                  não mingüe nossas  aspirações. 
                  Para não deambular  entre sobrancelha e sobrancelha, 
                  desonrando aos nossos  pais. 
                  Para não exclamar: Irmãos!... 
                  Para vocês canto eu... 
                  ¡Com amor fraterno! 
                  ¡Saúde! 
                    
                    
                    
                     
                    
                  Página publicada em  novembro de 2020 
                    
                    
                    
 
                  
  |