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Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

JOSÉ LUIS APPLEYARD

 

José Luis Appleyard (Asunción, 5 de mayo de 1927 - Ibídem, 1997) fue un poeta, dramaturgo, abogado, periodista y editorialista paraguayo.

Su educación primaria la hizo en la Escuela Normal de Profesores, y la primera parte de sus estudios secundarios los realizó en el Colegio San José de Asunción, concluyendo su bachillerato en el Colegio San Martín, de Buenos Aires, Argentina.

Optó al título de abogado por la Universidad Nacional de Asunción y se desempeñó por aproximadamente una década en su profesión, para luego volcarse de lleno al periodismo y a la poesía. (...)

Por su parte, Hugo Rodríguez-Alcalá, investigador insigne de la literatura paraguaya escribe: "Appleyard da a la estampa... el libro más bello de su promoción: Entonces era siempre. Entre los de la Academia Universitaria, Appleyard es el que desarrolla más cumplidamente los temas del grupo: la nostalgia de un tiempo ido, el amor adolescente, la magia de la niñez no muy lejana. Todos estos temas están en Entonces era siempre, poemario en que el poeta evoca la niñez -éste es el sentido de la palabra "entonces"- y el mundo mágico de los días felices de la inocencia de los juegos" (...)

En 1961 ganó el Premio Municipal de Teatro con el drama poético sobre la independencia del Paraguay al cual tituló "Aquel 1811".

Más informaciones em: https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Luis_Appleyard

 

 

POEMAS EN ESPAÑOL    -     POEMAS EM PORTUGUÊS

 

APPLEYARD, José LuisPoesías de José Luis Appleyard.  Asunción: Editorial Servilibro, 2012  (Biblioteca de Obras Selectas de Autores Paraguayos, no. 17)

 

 

EL TIEMPO

 

Ya es ayer pero entonces era siempre
un trasegar de horarios inmutables

desde la noche al sol.

 

Cada semana

era distinta e igual a la siguiente.

El niño desdeñaba el calendario

y su patrón reloj era el cansancio.

Edad sin equinoccios, solo el tiempo

de ser feliz y entonces ignorarlo.

 

 

 

LAS PALABRAS

 

A veces hay palabras que se mueren

y no las resucita el diccionario;

palabras simples, claras, que acrecieron

el verbo de la infancia en nuestros labios.

En balde las buscamos para darles

una vida que ha muerto con los años.

 

Dulces palabras nuestras exiliadas

solo sonido ya desamparado,

que por un tiempo fueron los mojones

de nuestro personal vocabulario.

Es inútil buscarlas, ya se han muerto

bajo el peso brutal del diccionario.

  

 

 

LAS HORMIGAS

 

Una vieja pasión por las hormigas:

las rojizas, las negras, la del patio,

abrumadas de cargas vegetales,

concisas, laboriosas, mis amigas.

 

Yo escruté sus saludos, sus secretos,

descifré su críptico lenguaje,

admiré su codicia y fui remero

en procesiones míticas de insectos.

 

Cuánto pensé mirándolas absorto

abrir sus carreteras ondulantes.

Meditaciones viejas que se fueron

con una edad de pantalones cortos.

 

Se fueron las hormigas, tristes, viejas,

cuando encerraron su labor en fábulas.

pobres hormigas de la infancia, ahora

solo el pretexto de una moraleja.

 

        

 

 

POEMAS EM PORTUGUÊS
Tradução: Antonio Miranda

 

O TEMPO  

Já é ontem mas então era sempre
um transtornar de horários imutáveis
da noite até o sol.

Cada semana
era diferente e igual à seguinte.
O menino zombava do calendário
e seu patrão relógio era o cansaço.
Idade sem equinócios, apenas o tempo
de ser feliz e logo ignorá-lo.

 

AS PALAVRAS

 

Às vezes existem palavras que morrem
e não as ressuscita o dicionário;
palavras simples, claras, que acrescentaram
o verbo da infância em nossos lábios.
À toa as buscamos para dar-lhes
uma vida que já morreu com os anos.

 

Doces palavras nossas exiladas
apenas o som já desamparado,
que por um tempo foram os marcos
de nosso vocabulário pessoal.
É inútil busca-las, já estão mortas
sob o peso brutal do dicionário.

 

 

 

AS FORMIGAS

 

Uma velha paixão pelas formigas:
as avermelhadas, as negras, a do pátio,
constrangidas por cargas vegetais,
concisas, laboriosas, minhas amigas.

 

Eu devassei suas saudações, seus segredos,
decifrei sua críptica linguagem,
admirei sua cobiça e fui remador
em procissões míticas de insetos.

 

Quanto pensei observando-as absorto
abrir caminhos ondulantes.
Meditações antigas que se foram
com a idade de calças curtas.

 

Foram-se as formigas, tristes, velhas,
quando concluíram sua labuta em fábulas,
pobres formigas da infância, agora
apenas o pretexto para a moral da história.

 

 

Página publicada em novembro de 2017


 

 

 
 
 
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