Home
Sobre Antonio Miranda
Currículo Lattes
Grupo Renovación
Cuatro Tablas
Terra Brasilis
Em Destaque
Textos en Español
Xulio Formoso
Livro de Visitas
Colaboradores
Links Temáticos
Indique esta página
Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

RAFAEL CALDERÓN

(México, 1976)

 

Ha publicado en periódicos y revistas de Michoacán. Estudió en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UMSHN. Autor de Los hábitos verbales
del poeta: Ramón Martínez Ocaranza
(UMSNH, 2002) y Ensayos de restitución (jitanjáfora / IMC, 2003); mientras que sus poemas se han publicado con títulos como Rayo de luz en tierra ajena (2000) y La región de las sombras (jitanjáfora, 2008), libro que fue merecedor del Premio Estatal de Poesía Carlos Eduardo Turpon en 2008 que convoca el Gobierno de Michoacán, a través de la Secretaría de Cultura.

 

 

TEXTOS EN ESPAÑOL   -  TEXTOS EM PORTUGUÊS

 

 

ENTRE ESTAS AGUAS - POETAS DEL MUNDO LATINO 2009Edición: Mario Meléndez y           Margarito Cuéllar.  Monterrey, México: Universidad Autónoma de Nuevo León; Secretaría de Cultura de Michoacán, 2010.  
253 p.  16 X 23 cm   ISBN 978-607-433-458-6   Ex. bibl. Antonio Miranda

 

      LA AMADA INMÓVIL. PERO DEL SIGLO XXI

 

…fue quien vino en soledad callada
Sed y polvo de fuego su lengua paraliza.
CONCHA URQUIZA

 

 

SENTIR la ciudad como el escenario

Para decir lo que quiero tocar.

Iniciar el recorrido como espacio físico

Pero con la mirada puesta en tu cuerpo.

Al que le pudiera decir amor sin decirlo;

Quedándose para la memoria del recuerdo

Lo que tus ojos dicen.

Volver la mirada hacia la sombra del árbol

Cuando la noche llega.

Recuerdo que las palabras fueron

Disfraces que son actos,

Que quieren ser caricias.

A nuestro alrededor el mundo nada permitió.

Dije lo que estoy mirando:

La obscuridad ilumina

Los árboles que dicen tu nombre

Entre palabras que son reflejo y silueta.

Tú cabellera, lacia y ondulada

Hilvana recuerdos.

Descubrir lo que escondes bajo el color negro,

Pero ese color sostiene lo nunca visto por mis ojos.

Tus lunares son fantasía,

Muestran la claridad de la ciudad

Hilvanando recuerdos

Para encontrarnos por primera vez.

La lluvia es la presencia que distrae

La conversación de la intempestiva noche.

Intento mirar lo que los árboles muestran:

Sus diamantes que son ramas, que son hojas.
Desnudar con la mirada lo que miro.
El desafío de las preguntas

Y con la mano muestras sonrisas.
Sabes que te retirarás caminando.

El diálogo terminó con la llegada del crepúsculo.
Sólo nos fundimos, como despedida, en un abrazo.
Cierto, tu cuerpo -todo- se desprende de mí.
El abrazo sugiere sueños y disipa el día.
Las palabras por tus labios muestran suavidad

Y el día será para la memoria un parpadeo
Distinto del que he vivido;

¿Qué será de mí

Sabiendo que fue un centelleo tu presencia?

Conversaba y me decías;

Todo se volvió un diálogo que terminó

Viviéndose marea del furioso sábado.

Algo debe decir mi sombra,

Como el sol, con sus rayos que iluminan,

El sendero de la soledad muestra

El derrumbe, el silencio, porque casi muero

Con soledad callada, en soledad total.

Estoy pensando en tu presencia

Pero no escribo tu nombre.

Y están los que quieren saber de ti.
La tarde fue intensa.

Apenas un parpadeo la noche;
Tan breve que llegó el siguiente día.
Recuerdo cómo se interrumpió el abrazo:
Queda dicho por un largo suspiro,
La despedida sí fue una realidad
Como testigo de lo que los labios decían.

Y a la puerta alguien llama:
Ingrávido de estupor, alguien observa,

Y más tarde contempla la despedida inevitable.

Lo sabe. Él es culpable. Lo sabe.

Fue testigo silencioso

Como lo fue el silencio y la luna;

Como los árboles inmóviles

Que se despiden sin saber por qué.

O sentir la sensación de quedarse;

Pretendía decirlo,

Aunque escuché tu voz

Pronunciar un adiós inesperado:

Palabras profundas de un adiós,

Y todo terminó.

Observé tus labios entre tiernas sensaciones
Bajo la sombra del árbol
Cuando vuelven y repiten el adiós

Y la iluminación de la luna está presente.

Quise decir que no se fuera la luna ni tu presencia,
Fue imposible:

Esa noche, me retiré, en soledad callada.

 

 

 

TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: Antonio Miranda

 

 

A AMADA IMÓVEL . MÁS DO SÉCULO XXI

 

... foi quem veio em solidão calada.
Sol e pó de foto sua língua paralisa.

                                                             CONCHA URQUIZA

 

SENTIR a cidade como um cenário
Para dizer o que desejo tocar.
Iniciar o trajeto como espaço físico
Ao que poderia dizer amor sem fazê-lo,
Ficando para a memória de lembrança
O que os teus olhos dizem.
Virar o olhar para a sombra da árvore
Quando a noite chega.
Lembra que as palavras eram
disfarces que são atos,
pretendendo ser carícias.
Arredor de nós o mundo nada permitiu.
Disse que estou olhando:
A obscuridade ilumina
As árvores que dizem o teu nome
Entre palavras que são o reflexo e silhueta.
Tua cabeleira, lisa e ondulada
esboça lembrança

Descobrir o que escondes debaixo da cor negra,
Mas essa coar sustenta o nunca visto por meus olhos.
Teus sinais são uma fantasia,
Revelam a claridade da cidade
Alinhavando lembranças
Para encontrar-nos pela primeira vez.
A chuva é a presença que distrai
A conversa da noite intempestiva.
Tento olhar o que as árvores mostram:
Seus diamantes que são ramos, que são flores,
Desnudar com o olhar o que vejo.
O desafio das perguntas
E com a mão nossos sorrisos.
Sabes que vais embora caminhando.
O diálogo acabou com a chegada do crepúsculo.
Quando nos fundimos, como despedida em um abraço.
Certo, teu corpo — inteiro — desliga-se de mim.
O abraço sugere sonhos e dissipa o dia.
E o dia será para a memória um pestanejar.
Diferente do que eu vivi;
Que será de mim
Sabendo que foi uma cintilação tua presença?
Conversava e me dizias,
Tudo converteu-se em um diálogo que terminou
Vivendo a maré de um furioso sábado
Algo dever dizer a minha sombra,
Como o sol, com seus raios que iluminam,
A vereda da solidão mostra
O desmoronamento, o silêncio, porque quase morro
com a solidão calada numa solidão total.
Estou pensando em tua presença
Mas não escrevo o teu nome.
E estão os que querem saber de ti.
A tarde foi intensa.
Tão breve que chegou o dia seguinte.
Lembro como interrompeu o abraço:
Ficou dito por um longo suspiro,
Na despedida foi-se uma realidade
Como testemunha do que os lábios diziam>
E alguém chama à porta.
Ingrávido de estupor, alguém observa,
E mais tarde contempla a despedida inevitável.
Ele sabe. É o culpado. Sabe-o.
Foi testemunha silenciosa
Como foi o silêncio e a lua;
Como as árvores imóveis
Que se despedem sem saber porquê.
O sentir a sensação de ficar;
Pretendia dizê-lo,
Mas escutei a tua voz
Pronunciar um adeus inesperado:
Palavras profundas de um adeus
E tudo terminou.
Observei teus lábios e, suaves sensações
Sob a sombra da árvore
Quando regressa, e repetem o adeus
E a iluminação da lua está presente.
Quis dizer para não ir-se a lua nem a tua presença,
Foi em vão:
Esta noite, retirei-me, na solidão silenciosa.

 


 

Página publicada em janeiro de 2020


 

 

 
 
 
Home Poetas de A a Z Indique este site Sobre A. Miranda Contato
counter create hit
Envie mensagem a webmaster@antoniomiranda.com.br sobre este site da Web.
Copyright © 2004 Antonio Miranda
 
Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Click aqui Home Contato Página de música Click aqui para pesquisar