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Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 

JAIR CORTES

 

Nació en Calpulalpan, Tlaxcala, el 30 de junio de 1977.
Poeta. Licenciado en Literatura Hispanoamericana.
Fue becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Tlaxcala y de la Fundación para las Letras Mexicanas en el área de poesía. Ha impartido talleres y cursos de poesía en diversas partes de México. Ha colaborado en diversas revistas de circulación nacional e internacional como Alforja, Anémona, Biblioteca de México, Casa de las Américas, Crítica, La voz de la Esfinge, Mala vida, Oráculo, Reverso y Tierra Adentro.
Premio Nacional de Poesía Efraín Huerta 2006 por Caza.
Su trabajo forma parte de las antologías: La sombra de la palabra, imc, 2001; Camina el verso senderos del silencio, Praxis/Ayuntamiento de Nezahualcóyotl, 2002; Espiral de los latidos conaculta, Zona Centro, 2002; Árbol de variada luz (antología de poesía mexicana actual, 1992-2002), Universidad de Colima, 2003; Un orbe más ancho: 40 poetas jóvenes (1971-1983), unam, 2005; Los mejores poemas mexicanos, Joaquín Mortiz/flm, 2005.

 

TEXTO EM ESPAÑOL   -   TEXTO EM PORTUGUÊS

 

CALDERÓN,  Ali, direcciónLa luz que va dando nombre.  Veinte años de poesía en México 1965-1985. Selección de José Antonio Escobar, Jorge Mendonza y Alvaro Solís.  Prólogo de Jorge Mendonza y Ali Calderón.  Puebnla, México: Gobierno del Estado de Puebla, Secretaría de Cultura, 2007.  208 p.  13 x 21 cm  ISBN 978-968-5122-90-0   Ex. bibl. Antonio Miranda

 

 

        En un ciego impulso      

 

 

       I
El ojo
sólo está enfermo
nublado por un tiempo.

        En el momento en que todo se ilumina,
deja su ceguera atrás
e inicia el reconocimiento de su verdugo

        muere la neblina
y lo difuso del paisaje.

        Así el corazón,
en ese ciego impulso
también sabe detener el galope
y entender el brillo de los cuerpos
aún en lo más oscuro de la entraña.

       

        II
El momento de la ira es un rayo,
un estruindo en el puño que golpe la mesa,
el flujo de la diatribes que rompen los cristales,
el ciclón de la frase y su teoria incomprensible.

        La retina se estremece frente a un grito de lumbre.

        En ese punto
el hombre estala
y es un río,
el salvaje paso de los caballos en estampida.

 

        III
Ni el manto bordado del la castidade
ni los lados perfectos del cuadrado
ni el cuervo en su misterioso vuelo
ni la locura de los ríos al anegar los campos
ni la cópula bajo el velo del matrimonio
ni su juego inútil de rompecabezas
ni la risa del niño que juega con el revólver de la inocência

        No hay nada
que no pueda ser tocado por la ofensa.

 

        IV

        Es el rencor la cicatriz,
la herida gana terreno en la memoria
el olfato percibe un extraño aroma a trigo quemado.
¿ Quién olvida a sua verdugo?
¿ Quién puede olvidar el portentoso aguiján del que nos agride?

        La parte que también se hereda es el resentimiento:
el leproso levanta la vista ly, en el más pleno de los silencios,
renuncia a Dios.

       

        V
¿ Qué hay em los ojos del que odia?
Pureza negra?
¿ Por qué l aluna se aparta de su vista?

        ¿ Qué hay en los ojos del que odia
que todo puede ensuciar con la mirada?

       

       

TEXTO EM PORTUGUÊS
Tradução: ANTONIO MIRANDA

 

        Nesse cego impulso

      

 

       I
O olho
está apenas enfermo,
nublado por enquanto.

        No momento em que tudo se ilumina,
deixa para trás sua cegueira
e inicia o reconhecimento de seu carrasco,

        morre a neblina
e o difuso da paisagem.

        Assim o coração,
nesse cego impulso
também sabe deter o galope
e entender o brilho dos corpos
no mais escuro das entranhas.

       
II
O momento da ira é um raio,
um estrondo no punho que golpeia a mesa,
o fluxo das diatribes que rompem cristais,
o ciclone da frase e sua teoria incompreensível.

        A retina se estremece pelo grito do lume.
Nesse ponto único
o homem detona
e é um rio,
o passo selvagem dos cavalos em estrépito.

 

        III
Nem o manto bordado da castidade
nem os lados perfeitos do quadrado
nem o corvo em seu misterioso voo
nem a loucura dos rio ao afogar os campos
nem a cópula sob o véu quebra-cabeças
nem o rio que brinca com o revólver da inocência.

        Nada existe
que não possa ser tocado pela ofensa.

 

        IV
É o rancor da cicatriz,
a ferida ganha o espaço na memória
o olfato percebe um estranho aroma de trigo queimado.
Quem esquece seu carrasco?
Quem pode esquecer o prodigioso ferrão que nos agride?

        A parte que também se herda é o ressentimento:
o leproso eleva a vista , no mais pleno dos silêncios,
renuncia a Deus.

       

        V
Que existe nos olhos do que que odeia?
Pureza escura?
Por que a lua se afasta de sua vista?

        Que existe nos olhos do que odeia
que tudo pode manchar com a mirada?

 

 

Página publicada em novembro de 2019


 

 

 
 
 
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