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Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



 

SAN JUAN DE LA CRUZ

(1542-1591)

 

(Juan de Yepes Álvarez; Fontiveros, España, 1542-Úbeda, id., 1591) Poeta y religioso español. Nacido en el seno de una familia hidalga empobrecida, empezó a trabajar muy joven en un hospital y recibió su formación intelectual en el colegio jesuita de Medina del Campo. En 1564 comenzó a estudiar artes y filosofía en la Universidad de Salamanca, donde conoció, en 1567, a santa Teresa de Jesús, con quien acordó fundar dos nuevas órdenes de carmelitas. Su orden reformada de carmelitas descalzos tropezó con la abierta hostilidad de los carmelitas calzados, a pesar de lo cual logró desempeñar varios cargos. Tras enseñar en un colegio de novicios de Mancera, fundó el colegio de Alcalá de Henares. Más adelante se convirtió en el confesor del monasterio de santa Teresa.

 

En 1577 prosperaron las intrigas de los carmelitas calzados y fue encarcelado en un convento de Toledo durante ocho meses. Tras fugarse, buscó refugio en Almodóvar. Pasó el resto de su vida en Andalucía, donde llegó a ser vicario provincial. En 1591 volvió a caer en desgracia y fue depuesto de todos sus cargos religiosos, por lo que se planteó emigrar a América, proyecto que frustró su prematuro óbito. Canonizado en 1726, fue proclamado Doctor de la Iglesia en 1926.

 

Aunque los versos que de él se conservan son escasos y no fueron publicados hasta después de su muerte, se le considera como uno de los mayores poetas españoles de la época y como el máximo exponente de la poesía mística. Noche oscura, Cántico espiritual y Llama de amor viva son sus tres obras poéticas capitales, a las cuales corresponden varias obras en prosa que les sirven de corolario explicativo, dado el hermetismo simbólico de su poesía: Subida al monte Carmelo, Noche oscura del alma, Llama de amor viva (las tres reunidas en el volumen Obras espirituales que encaminan a un alma a la unión perfecta con Dios) y Cántico espiritual.       Fuente:www.biografiasyvidas.com

 

 

TEXTO EN ESPAÑOL  /  TEXTO EM PORTUGUÊS

 

 

CÁNTICO ESPIRITUAL

Canciones entre el Alma y el Esposo

(Fragmentos)

 

Esposa

 

         ¿Adónde te escondiste,

Amado, y me dejaste con gemido?

Como el ciervo huiste,

habiéndome herido;

salí tras ti clamando, y eras ido.

 

         Pastores, los que fuerdes

allá por las majadas al otero,

si por ventura vierdes

aquel que yo más quiero,

decilde que adolezco, peno y muero.

 

         Buscando mis amores,

iré por esos montes y riberas;

ni cogeré las flores,

ni temeré las fieras,

y pasaré los fuertes y fronteras.

 

Pregunta a las Criaturas

 

         ¡Oh bosques y espesuras,

plantadas pela mano del Amado!

¡Oh prado de verduras,

de flores esmaltado!

Decid si por vosotros ha pasado.

 

Respuesta de las Criaturas

 

         Mil gracias derramando

pasó por estos sotos con presura,

e, yéndolos mirando,

con sola su figura

vestidos los dejó de hermosura.

 

Esposa

 

         ¡Ay!  ¿Quién podrá sanarme?

Acaba de entregarte ya de vero.

No quieras enviarme

de hoy más ya mensajero,

que no saben decirme lo que quiero.

 

         Y todos cuantos vagan

deti me van mil gracias refiriendo,

y todos más me llagan,

y déjame muriendo

un no sé qué que quedan balbuciendo.

 

         Mas ¿cómo perseveras,

¡oh vida!, no viviendo donde vives,

y haciendo por que mueras

las flechas que recibes

de lo que del Amado en ti concibes?

 

         ¿Por qué, pues has llagado

aqueste corazón, no le sanaste?

Y, pues me le has robado,

¿por qué así le dejaste,

y no tomas el robo que robaste?

 

         Apaga mis enojos,

pues que ninguno basta a deshacellos,

y véante mis ojos,

pues eres lumbre de ellos,

y sólo para ti quiero tenellos.

 

         Descubre tu presencia

y máteme tu vista y hermosura:

mira que la dolencia

de amor, que no se cura

sino con la presencia y la figura.

 

         ¡Oh cristalina fuente,

si en esos tus semblantes plateados

formases de repente

los ojos deseados

que tengo en mis entrañas dibujados!

 

         ¡Apártalos, Amado,

que voy de vuelo!

 

El Esposo

 

                            Vuélvete, paloma,

que el ciervo vulnerado

por el otero asoma

al aire de tu vuelo, y fresco toma.

 

.........................................................

 

Esposa

 

         Gocémonos, Amado,

y vámonos a ver en tu hermosura

al monte u al collado

do mana el agua pura;

entremos más adentro en la espesura.

 

         Y luego a las subidas

cavernas de la piedra nos iremos,

que están bien escondidas;

y allí nos entraremos,

y el mosto de granadas gustaremos.

 

         Allí me mostrarías

aquello que mi alma pretendía,

y luego me darías

allí, tú, vida mía,

aquello que me diste el otro día.

 

         El aspirar del aire,

el canto de la dulce filomena,

el soto y su donaire,

en la noche serena,

con llama que consume y no da pena.

 

 

CANCIONES DEL ALMA – I

(NOCHE OSCURA)

 

En una noche escura

con ansias en amores inflamada,

¡oh dichosa ventura!,

salí sin ser notada,

estando ya mi casa sosegada.

 

A oscuras, y segura

por la secreta escala, disfraçada,

¡oh dichosa ventura!,

a oscuras, y en celada,

estando ya mi casa sosegada.

 

En la noche dichosa

en secreto, que nadie me veía,

ni yo mirava cosa

sin otra luz y guía

sino la que en el corazón ardía.

 

Aquésta me guiaba

más cierto que la luz del mediodía,

adonde me esperaba

quien yo bien me sabía,

en parte donde nadie parecía.

 

¡Oh noche, que guiaste;

oh noche, amable más que la alborada:

oh noche, que juntaste

amado con amada,

amada en el Amado transformada!

 

En mi pecho florido,

que entero para él solo se guardaba,

allí quedó dormido,

y yo le regalaba,

y el ventalle de cedros aire daba.

 

El aire de el almena,

cuando yo sus cabellos esparcía,

con su mano serena

en mi cuello hería,

y todos mis sentidos suspendía.

 

Quedéme, y olvidéme,

el rostro recliné sobre el Amado:

cesó todo, y dejéme,

dejando mi cuidado

entre las azucenas olvidado.

 

 

CANTAR DEL ALMA QUE SE HUELGA

DE CONOCER A DIOS POR FE

 

¡Qué bien sé yo la fonte que mana y corre,

aunque es de noche!

 

Aquella eterna fonte está escondida,

que bien sé yo do tiene su manida

                   aunque es de noche.

 

En esta noche oscura de esta vida,

que bien sé yo por fe la fonte frida,

                   aunque es de noche.

 

Su origen no lo sé pues no le tiene;

mas sé que todo origen de ella viene,

                   aunque es de noche.

 

Sé que no puede ser cosa tan bella,

y que cielos y tierra beben de ella,

                   aunque es de noche.

 

Bien sé que suelo en ella no se halla,

y que ninguno puede vadealla,

                   aunque es de noche.

 

Su claridad nunca es oscurecida,

y sé que toda luz de ella es venida,

                   aunque es de  noche.

 

Sé ser tan caudalosos sus corrientes,

que infiernos, cielos riegan, y  las gentes,

                   aunque es de noche.

 

El corriente que nace de esta fuente,

bien sé que es tan capaz y omnipotente,

                   aunque es de noche.

 

El corriente que de estas dos procede

sé que ninguna de ellas le precede,

                   aunque es de noche.

 

Bien sé que tres en sola una agua viva

residen, y que una de otra se deriva,

                   aunque es de noche.

 

Aquesta eterna fonte está escondida

en este vivo pan por darnos vida,

                   aunque es de noche.

 

Aquí se está llamando a las criaturas,

y de esta agua se hartan, aunque a oscuras,

                   porque es de noche.

 

Aquesta viva fuente, que deseo,

en este pan de vida yo la veo,

]                  aunque es de noche.

 

 

CANTO AL DIVINO CRISTO E AL ALMA

EL PASTORCICO

 

Un Pastorcico solo está penado,

ageno de placer y de contento,

y en su pastora puesto el pensamiento,

y el pecho del amor muy lastimado.

 

No llora por averle amor llagado,

que no le pena verse así afligido,

aunque en el corazón está herido;

mas llora por pensar que está olvidado.

 

Que sólo de pensar que está olvidado

de su vella pastora, con gran pena

se deja maltratar en tierra agena,

el pecho del amor muy lastimado.

 

Y dice el Pastorcico: “¡Ay desdichado

de aquel que de mi amor a hecho ausencia,

y no quiere gozar la mi presencia,

y el pecho por su amor muy lastimado!”

 

Y al cabo de un gran rato se ha encumbrado

sobre un árbol do abrió sus brazos bellos,

y muerto se ha quedado asido de ellos,

el pecho del amor muy lastimado.

 

 

 

TEXTO EM PORTUGUÊS

 

 

CÂNTICO ESPIRITUAL

Canções entre a Alma e o Esposo

(Fragmentos)

 

         Tradução de Anderson Braga Horta

 

 

Esposa

 

Ah! onde te escondeste,

Amado, e me deixaste este gemido?

Como o cervo correste,

havendo-me ferido;

saí por ti clamando, e eras já ido.

 

Pastores que subirdes

às malhadas, além, galgando o morro:

se a quem mais quero virdes,

pedi-lhe por socorro,

dizei-lhe que adoeço, peno e morro.

 

Buscando meus amores,

irei por entre montes e ribeiras;

não colherei as flores,

passarei sem temores

pelas feras e fortes e fronteiras.

 

Pergunta às Criaturas

 

Ó bosques e espessuras,

plantados pela mão do meu Amado,

ó prado de verduras,

de flores esmaltado,

dizei-me se por vós terá passado!

 

Resposta das Criaturas

 

Mil graças derramando,

correu por estes soutos de verdura,

e em somente os mirando,

com sua só figura,

vestidos os deixou de formosura.

 

 

Esposa

 

Quem poderá curar-me!

Acaba de entregar-te, por inteiro.

Não queiras enviar-me

já nenhum mensageiro,

que não sabem dizer-me o que requeiro.

 

E todos quantos vagam

de ti me vão mil graças informando,

e todos mais me chagam,

e deixa-me expirando

um não-sei-quê que ficam balbuciando.

 

Mas, ah! tu como vingas,

vida, se do viver não te apercebes,

se fazem que te extingas

as flechas que recebes

daquilo que do Amado em ti concebes?

 

Por que, tendo chagado

aqueste coração, não o curaste?

E, pois que o tens roubado,

por que assim o deixaste

e não tomas o roubo que roubaste?

 

Apaga os meus penares,

porque nada há que possa desfazê-los;

vejam-te os meus olhares,

de que és a luz e os zelos,

que apenas para ti desejo tê-los.

 

Dá-me a tua presença,

mate-me a tua vista e formosura:

olha que esta doença

de amor, que não tem cura

senão com a presença e a figura.

 

Ó fonte iridescente,

se nesses teus semblantes prateados

formasses de repente

os olhos desejados

que tenho nas entranhas debuxados!

 

Oh! aparta-os, Amado,

que vou voando.

 

O Esposo

 

Volta-te, paloma,

que o cervo vulnerado

já pelo outeiro assoma

aos ares do teu vôo, e fresco toma.

 

.......................................................

 

Esposa

 

Gozemo-nos, Amado,

e vamos ver em tua formosura

ou o monte ou o prado

onde mana a água pura;

entremos mais adentro na espessura.

 

E logo às mais subidas

das cavernas da pedra nós iremos,

que estão bem escondidas;

e nelas entraremos

e o mosto de romãs degustaremos.

 

Ali me mostrarias

aquilo que minha alma pretendia,

e logo me darias,

ali, minha alegria,

aquilo que me deste noutro dia.

 

Os dulcíssimos cantos

da filomela, o aflar da brisa amena,

o bosque e seus encantos,

pela noite serena,

com chama que consome e não dá pena.

 

 

CANÇÕES DA ALMA – I

(NOITE ESCURA)

 

         Tradução de Fernando Mendes Vianna

 

Em uma noite escura

com ânsias em amores inflamada,

—ó ditosa ventura!—

saí sem ser notada,

estando minha casa sossegada.

 

A escuras e segura

pela secreta escada, disfarçada,

—ó ditosa ventura!—

a escuras e ocultada,

estando minha casa sossegada.

 

Nessa noite ditosa

tão em segredo que ninguém me via,

nem eu olhava coisa

sem outra luz nem guia

afora a que no coração ardia.

 

Pois esta me guiava

mais certa do que a luz do meio-dia,

aonde me esperava,

quem eu já bem sabia,

em sítio onde ninguém aparecia.

 

Ó noite, que guiaste,

ó noite, amável mais do que a alvorada:

ó noite que juntaste

amado com amada,

amada em seu Amado transformada!

 

Em meu peito florido,

que inteiro só para ele se guardava,

aí ficou dormido

enquanto eu o regalava

e o abano de cedros ar lhe dava.

 

O ar da ameia amena,

quando eu os seus cabelos esparzia,

com sua mão serena

meu pescoço feria,

e meus sentidos todos suspendia.

 

Quedei-me e esqueci-me,

e reclinei o rosto sobre o Amado;

cessou tudo, e assim vi-me

deixando meu cuidado

em meio às açucenas olvidado.                                 

 

 

CANTAR DA ALMA QUE FOLGA

EM CONHECER A DEUS POR FÉ

 

         Tradução de Fernando Mendes Vianna

 

Que bem sei eu a fonte que mana e corre,

mesmo sendo noite!

 

Aquela eterna fonte está escondida,

que bem sei eu aonde tem guarida,

mesmo de noite!

 

E pela noite escura desta vida,

que bem sei eu por fé a fonte frida,

mesmo de noite!

 

Sua origem não sei, pois não a tem;

mas sei que toda origem dela vem,

mesmo de noite.

 

Sei que não pode haver coisa tão bela,

e sei que céus e terra bebem dela,

                   mesmo de noite.

 

Bem sei que solo nela não se vê

e ninguém pode atravessá-la a pé,

mesmo de noite.

 

Tem claridade nunca escurecida,

e sei que toda luz é dela havida,

mesmo de noite.

 

Sei serem tais caudais suas correntes

que céus e infernos regam, como às gentes,

mesmo de noite.

 

A caudal que provém desta nascente

bem sei ser mui capaz e onipotente,

mesmo de noite.

 

A corrente que de uma e outra procede

sei que nenhuma delas a precede,

mesmo de noite.

 

Bem sei que três numa única água viva

residem, e que de uma a outra deriva,

mesmo de noite.

 

Aquesta eterna fonte está escondida

em nosso vivo pão, por dar-nos vida,

mesmo de noite.

 

Aqui estão chamando as criaturas,

e fartam-se desta água, ainda às escuras,

porque é de noite.

 

Aquesta esta viva fonte, que desejo,

eu neste pão de vida bem a vejo,

mesmo de noite.                                  

 

 

CANTO AO DIVINO CRISTO E À ALMA

(O PASTORZINHO)

 

         Tradução de Fernando Mendes Vianna

 

Um Pastorzinho só vive penado,

longe o prazer, longe o contentamento,

posto em sua pastora o pensamento

e o peito por amor mui machucado.

 

Não chora por havê-lo o amor chagado,

que não pena de assim ver-se afligido,

embora tenha o coração ferido;

mas chora por pensar que está olvidado.

 

Que apenas de pensar que está olvidado

da pastora gentil, com dor tamanha

se deixa maltratar em terra estranha,

o peito por amor mui machucado.

 

E diz o Pastorzinho: “Ai, desditado

de quem de meu amor tem feito ausência

e já não quer gozar minha presença

e meu peito de amor tão machucado!”

 

E ao fim de longo tempo ei-lo encimado

a uma árvore onde abriu os braços imbeles,

e morto lá ficou pendente deles,

o peito por amor mui machucado.                              

 

 

Extraídos de POETAS DO SÉCULO DE OURO ESPANHOL: POETAS DEL SIGLO DE ORO ESPAÑOL / Seleção e tradução de Anderson Braga Horta; Fernando Mendes Vianna e José Jeronymo Rivera; estudo introdutório de Manuel Morillo Caballero.  Brasília: Thesaurus; Consejería de Educación y Ciência de la Embajada de España, 2000.  343 p.  (Coleção Orellana – Colección Orellana; 12) ISBN 85-7062-250-7  



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