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Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

POESÍA ESPAÑOLA
Coordinación de AURORA CUEVAS CERVERÓ
Universidad Complutense de Madrid

 

 

JUAN LUIS PANERO

 

Juan Luis Panero Blanc (Madrid, 9 de septiembre de 1942 - Torroella de Montgrí, Gerona, 16 de septiembre de 2013)1 fue un poeta español.

(...) Su irrupción en la poesía española contemporánea se inició en 1968 con la publicación del libro A través del tiempo, al que siguieron, luego, Los trucos de la muerte, en 1975; Desapariciones y fracasos, en 1978; y Juegos para aplazar la muerte, en 1984. Antes que llegue la noche (1985) le permitió obtener el Premio Ciudad de Barcelona. En 1988, con «Galerías y fantasmas», obtuvo el Premio Internacional de Poesía de la Fundación Loewe. Sin rumbo cierto, XII Premio Comillas de Biografía, Autobiografía y Memorias, y Enigmas y despedidas, publicado en 1999, son sus últimas producciones. En 2009 Ediciones Vitruvio publicó La memoria y la muerte, una antología que recogió toda su obra poética editada hasta entonces.

 

TEXTOS EN ESPAÑOL   -   TEXTOS EM PORTUGUÊS

 

POESIA SEMPRE – Revista Semestral de Poesia.  ANO 4 – NÚMERO 7 – JULHO 1996.  Rio de Janeiro: Fundação Biblioteca Nacional, Ministério da Cultura, Departamento Nacional do Livro, 1996.   Ex. bibl. Antonio Miranda

 

Tema de amor y lluvia o carta a la amada móvil

 

La verdad es terrible, pera es la verdad.

Vladimir Korolenko

 

Cae la lluvia tenaz y sórdida
sobre la sórdida ciudad,
sobre sus despintados muros,
sobre sus sórdidos, apresurados habitantes.
Cae la lluvia, viernes 13 de octubre,
mientras se duda si era o no era su cadáver
ametrallado de Ernesto "Che" Guevara
y todo el mundo por un momento se preocupa,
apuesta, comenta, se discute la identidad de un muerto.
Amada mía, qué aburrida es la lluvia,
qué frágil, acuciante, insistente e incómoda
es la lluvia cuando cae en su misión de otoño
como todos los años y los siglos, invariable
a su estación u oficio. Amén.
Miro un paraguas goteante en el baño.

una pequeña filtración en los muros alquilados (y costosos).

Miro la luz sin luz, escucho el ruido

sobre el húmedo asfalto de frenéticos coches

y el pringoso chapotear de peatones aguerridos.

Amada mía. ¿dónde están los alabados trovadores,

los que comparaban las gotas de la lluvia

a perlas resbalando dulces por el rostro amado?

¿Qué se hicieron, oh dioses, qué se hicieron?

"Amame japonesa", escribió Rubén (antes de su centenario)

y jamás vio el Japón sino en el fondo de su copa.

Amame a mí también yo te lo pido

para olvidar la lluvia con su humedad y su color de hastío.
Y sin embargo es hermoso vivir, recordar en soledad a la amada,

sus cualidades y belleza, el crisol entre sus piernas,

imaginar con delicioso humor la forma de los cuernos,

especialmente en el otoño con sus hojas muertas.

Ser o no ser y la comedia de la mentira

y la mentira de la comedia. Tener o no tener.

Cae la lluvia, sórdida, más sórdida.

enfangando, mojando los grises impermeables,

los hundidos cabellos, las frentes chorreantes.

Y da ternura pensar en las palabras, tan inútiles,

y en los besos, tan dados, y en los cuerpos, que sudan.

que jadean, porque algo hay que hacer,

sobre todo si llueve, amada mía,

amadas mías, sobre todo si llueve

y el libro es aburrido, y lejos está el cine

y el alcohol, ya se sabe, es un veneno.

Pero aún asi, amada mía, esta tarde solemne te prometo

que algún día seremos muy felices, y juntos.

No importará la lluvia, su hosco resbalar.

ni la nieve, ni el rayo, ni el horrible ciclón,

algún día, mi amor, seremos muy dichosos

y silbará en tus huesos, en tus cuencas vacías,

la canción de la dicha, levantando cenizas,

telarañas y polvo con radiantes acordes.

Algún día, mi amada, telarañas y huesos,

seremos muy felices, aunque siga lloviendo.

 

 

TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda

 

        Tema de amor e chuva
        ou carta à amada móvil

                "A verdade é terrível, mas é a verdade."
                  
Vladimir Korolenko

 

 Cai a chuva tenaz e sórdida
sobre a sórdida cidade,
sobre os seus desgastados muros,
sobre os seus sórdidos, apressados habitantes.
Cai a chuva, sexta-feira 13 de outubro,
enquanto duvidamos se era ou não o cadáver
metralhado de Ernesto "Che" Guevara
e todo mundo por um momento se preocupa,
aposta, comenta, discute a identidade do morto.
Amada minha, que chata é a chuva,
que frágil, aguçada, insistente e incômoda
é a chuva quando cai em sua missão de outono
como em todos os anos e séculos, invariável
à sua sustentação ou ofício. Amém.
Vejo um guarda-chuva gotejando no banheiro,
uma pequena infiltração nos muros alugados (e caros).
Vejo a luz sem luz, escuto o ruído
sobre o úmido asfalto de frenéticos automóveis
e o perigosos agito de peões aguerridos.
Amada minha, onde estão os aclamados trovadores,
os que comparavam as gotas de chuva
às pérolas resvalando doces pelo rosto amado?
Que aconteceu com eles, ó deuses, que aconteceu?
"Ama-me japonesa", escreve Rubsén (antes de seu centenário)
e jamais viu o Japão senão no fundo de sua taça.
Ama-me também te peço
para esquecer a chuva com sus umidade e sua cor de fastio
E no entanto é belo viver, recordar em solidão a amada,
suas qualidade e beleza, o crisol entre as pernas
imaginar com delicado humor a forma dos cornos
especialmente no outono com suas folhas mortas.
Ser ou não ser e a comédia da mentira
e a mentira da comédia.  Ter ou não ter.
Cai a chuva, sórdida, mais sórdida,
enlameando, molhando os cinzas impenetráveis,
os cabelos decaídos, as frontes gotejantes.
E dá ternura pensar nas palavras, tão inúteis,
e nos beijos, dados, e nos corpos, que suam,
que ofegam, porque algo há de se fazer,
sobretudo se chove, amada minha,
amadas minhas, sobretudo se chove
e o livro é tedioso, e longe está o cinema
e o álcool, já se sabe, é um veneno.
Mas ainda assim, amada minha, nesta tarde solene te prometo
que algum dia seremos muito felizes, e unidos.
Não importará a chuva, seu fosco resvalar,
nem a neve, nem o raio, nem o horrível ciclone,
algum dia, meu amor, seremos felizes
e silvará em teus ossos, em tuas bacias vazias,
a canção da ventura, levantando cinzas,
teias de aranhas e pó com radiantes acordes.
Algum dia, amada minha, teias de aranhas e ossos,
seremos muito felizes, mesmo que continue chovendo.

 

Página publicada em janeiro de 2018


 

 

 
 
 
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