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Sobre Antonio Miranda
 
 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



 

HORACIO HIDROVO PEÑAHERRERA

 

Nació en la ciudad de Santa Ana, provincia de Manabí, República del Ecuador. Es actualmente profesor de literatura de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí y Director de Cultura de la misma Universidad. Ganó el Premio Nacional Benjamín Carrión y candidato al Premio Nacional Eugenio Espejo. Autor de numerosas obras, siendo las más importantes: La Montaña, libro editado en Uruguay; Vivir en Amor, poesía; Los Trenes de la Infancia, poesía y otras. Ha participado en Eventos Internacionales. Organizador del 1er Encuentro de poetas latinoamericanos, Manabí, Ecuador,2003

 

 

TEXTOS EN ESPAÑOL  /  TEXTOS EM PORTUGUÊS

 

FARO

 

Las naves y los pescadores

gastaron tu pupila.

Viviste La esclavitud

de los que no pueden partir,

por

eso tus sueños se quedaron

junto al cansancio de los muelles.

 

 

RED

 

Acostada sobre los andamios del tiempo

te abandonaron.

El viento perforó tus piolas

y te dejó cicatrices de arena

te pareces a un viejo pescador

mirando el oleaje

de un mar que ya no es suyo.

 

 

VIEJO ASTILLERO

 

Un remolino de gaviotas bucea tu pasado.

Sobre tu columna vertebral

se quedaron sembradas

las manos bronceadas de los artesanos.

Ellos siempre miraron al mar

como un amigo distante.

Ahora sólo pasa el viento

en su vieja herranza

y los pescadores cabalgando la noche.

 

 

 

HIDROVO, Horacio Peñaherrera.  La soledad es um domingo largo.  Montevideo: aBrace, 2007.   63 p. 

“Este es el poeta de Manabí, la bela província ecuatoriana al borde del océnao. Poeta que cosecha, además de esperanza perpetua, un reconocimiento popular a su encumbrada figua, a sua poesía eterna, a la solidaridad que emana de la tradición familiar, que hizo de la cultura y el desarrollo educativo uma fuente inagotable. Por eso, quienes lo conocemos y ler espetamos, sabemos que no quebrantará su promessa hecha verso:

 

          Me quedaré de paseo en la infancia,
          jugaré com mis primeras palavras
          y pondré a navegar mis barquitos de papel.

                                                                       ROBERTO BIANCHI

 

 

SU ÚLTIMO VERANO

           A Alberto Molina Vélez

El verano se deslizaba lento
sobre las últimas escaleras del crepúsculo.
Llovia viento en la ciudad,
viento de un verano con prisa.
Suspendidas en los cordeles de la tarde
las golondrinas desordenaban pentagramas
en los inmensos murales del Otoño
Alberto llegó con su facoma acostumbrada
intentando alcanzar los últimos sueños;
llegó con su passo de urgencias guardadas.
La ciudad, su ciudad, había crecido
como los maizales después del passo de la lluvia.
Ya no trajo la alforja llena de cartas del passado,
sólo um frío intenso,
como cuando un trozo de nieve
se cuelga en una rama del invierno.

 

 

SEU ÚLTIMO VERÃO

          A Alberto Molina Vélez

 

O verão deslizava lentamente
sobre as últimas escadas do crepúsculo.
Chovia vento na cidade,
vento de um verão apressado.
Suspensas no cordões da tarde
as andorinhas desorganizavam pentagramas
nos imensos murais do Outono
Alberto chegou com sua fadiga de costume
tentando alcançar os últimos sonhos;
chegou com seu passou de urgências guardadas.
A cidade, sua cidade, havia crescido
como os milharais depois da chuva.
Já não trouxe o alforje cheio de cartas do passado,
apenas um frio intenso,
como quando um pouco de neve
dependurado num ramo do inverno.

 

(Tradução de Antonio Miranda)

 

 

 

 

 

TEXTOS EM PORTUGUÊS

Tradução de Antonio Miranda

 

FAROL

 

Os navios e os pescadores

Gastaram tua pupila.

Viste a escravidão

dos que não podem partir,

por isso teus sonhos ficaram

com o cansaço do cais.

 

 

REDE

 

Deitada sobre os andaimes do tempo

te abandonaram.

O vento perfurou tuas cordas

e deixou cicatrizes de areia

te assemelhas a um velho pescador

contemplando o marulho

de um mar que já não é seu.

 

 

VELHO ESTALEIRO

 

Um remoinho de  gaivotas mergulha em teu passado.

Sobre tua coluna vertebral

foram semeadas

as mãos bronzeadas dos artesãos.

Eles sempre contemplaram o mar

Como um amigo distante.

Agora apenas desliza o vento

em sua velha ferragem

e os pescadores cavalgando a noite.

 

(tRADU


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