LIANA MEJÍA 
                    
                    
                  Nacida en Medellín, Colombia, 1960.  Ganadora del IV Premio Nacional de Poesía por concurso Universidad de Antioquia  con el libro Extraña en mi memoria (1982).  
                  Ganadora del Premio Nacional de Poesía  Awaska de la Universidad de Nariño con el libro Los viajeros del sueño 1984.  Finalista  en el III Premio Nacional de  Poesía Universidad de Antioquia y en el concurso de Poesía Cootramed 1996.  
                  Poemas suyos pueden encontrarse en las  antologías: Poetas latinoamericanas, Bogota, Siglo XXI Editores; Historia  portátil de la poesía colombiana, Bogotá, Tercer Mundo Editores; Para  conocernos mejor (antología poética) Brasil-Colombia José Gonçalves y Juan  Manuel Roca (compiladores)  Fundação Editora  da Unesp; Antología de poetas americanos.    Word Press, y en revistas y periódicos del país y el exterior.  Participante por Colombia en el Festival Internacional de Poesía  de Medellín en varias ocasiones e hizo parte  en sus primeros años del comité de redacción de la revista PROMETEO. 
                  Foto e  biografia:https://www.festivaldepoesiademedellin.org/ 
                    
                    
                  TEXTOS  EN ESPAÑOL – TEXTOS EM PORTUGUÊS 
                    
                    
                    
                  
                  ANTOLOGIA POÉTICA BRASIL – COLÔMBIA (PARA CONOCERNOS MEJOR).  Organizadores  Aguinaldo José Gonçalves, Juan Manuel Roca.   São Paulo: Editora UNESP – Universidade Estadual de São Paulo; Medellin,  Asociación de Editoriales Universitárias de Colombia – Aseuc – Universidad de  Antioquia, 1996.  ISBN 85-7139-132-7     Ex. bibl. Antonio Miranda 
                    
                    
                    
                  
                    
                           I 
                             Desde  las alcantarillas 
                        sicarios que se saben  
                        cobradores  de viejos 
                        errores 
                        asedian  la ciudad. 
                        Avanzan, 
                        a  pesar de los susurros 
                        detrás  de las persianas. 
                        Al otro lado 
                        de la calle 
                        alguien cae.  
                              
                        
                        
                                   SALIENDO DEL  INVIERNO 
                        
                                   Han asegurado el  miedo 
                        detrás de la puerta  
                        y cerrado las llaves 
                        goteantes. 
                        Esperan que las horas 
                        los sepulten 
                        en esta tumba obscena. 
                        Salvo ellos,  
                        todo lo demás  
                        agrietado y quieto. 
                        
                        
                        
                             ESQUIZOFRENIA 
                        
                             No haces otra cosa 
                        que reir con la complicidad 
                        de los que asesinan  
                        el silencio mientras  
                        vas clavando puertas y ventanas 
                        desmoronando  pequeñas 
                        catedrales  de arcilla. 
                        La  locura brilla en tus ojos 
                        como  una rosa 
                        de  vidrio y neón. 
                        
                        
                        
                                   A  LENNON      
                         
                          El  aire trae mariposas  
                          de  alas negras 
                          y  canciones de lluvia. 
                          Una  blanca yegua 
                          galopa  el amanecer 
                          atravessada  por afilados 
                          cuchillos  de viento. 
                         
                         
                         
                        RONCESVALLES 
                         
                        El  último vigila 
                          la  fortaleza destruida.  
                          Ya  no oye los gritos del combate. 
                          En  la llanura 
                          decenas  de cuencas vacías 
                          miran  el horizonte.    
                        
                        
                               TRENES  DE GUERRA 
                         
                        Parten cargados 
                          de  oscuros presagios 
                          y  promesas de último minuto 
                           
                          Avanzando  en zona prohibida 
                          van  por la niebla 
                          en  aldeas devastadas 
                          donde  nadie baja 
                          y  una sensación de humedad 
                          corroe  infatigable sus metales. 
   
                          A  esta hora del crepúsculo 
                          se  entrecruzan agujas 
                          en  la vía. 
                          Un  pasajero e pie bajo la lluvia 
                          espera  en el andén 
                          al  ruinoso emisario de la muerte. 
   
 
                             LUGARES 
                        adonde  jamás llegó la misericordia 
                        cuartos  oscuros sin ventanas 
                        en  los que una mujer solloza 
                        por  aquél ángel borracho 
                        abatido  en la tormenta. 
   
                        Emisario  único 
                        del  amor y del dolor 
                        desdibujándose allá afuera, 
                        de  ti lejano ya 
                        como  la luz dorada 
                        de  un relámpago. 
                        
                             COTIDIANA 
                         
                        Llegan  las hordas del miedo 
                        desplegando  banderas 
                        invadiendo  las calles 
                        en  manadas de bestias 
                        resoplantes. 
   
                        Los  gritos se pegan a la piel 
                        como  lapas 
                        y  la sangre somo una humedad 
                        va  ganando las paredes. 
                        La  muerte 
                        sentada  en el atrio de la plaza 
                        abre  sus ojos de hielo 
                        y  canta. 
                        
                             MALAS ÉPOCAS 
                       
       Ante el espejo  
       ensayas  las máscaras del abandono, 
       mientras  vas cambiando ausencias 
       por  bolitas de naftalina 
       cuidadosamente  dispuestas 
       sobre  la ropa blanca. 
 
       En  la pulida superficie 
       va  a la soledad 
       creciendo  como un hongo. 
 
 
       PETRIFICADOS EN  LA oscuridad 
       de  la cercana infancia 
       el  temor era un murciélago 
       aleteando  en el tejado, 
       un  ejército de reptiles 
       paseando  por los cuartos. 
 
       Hoy  que otros son los miedos 
       nos  asiste el valor precariamente 
       bajo  aquella lámpara 
       siempre  encendida.      
                       
                          
                        
                     
                   
                  TEXTOS  EM PORTUGUÊS 
                  Tradução de ANTONIO  MIRANDA 
                    
                    
                  TRENS DE GUERRA 
                     
                    Partem  carregados 
                      de  escuros presságios 
                      e  promessas de último minuto. 
   
                      Avançando  em zona proibida 
                      vão  pela névoa 
                      fazenda  escalas 
                      em  aldeias devastadas 
                      donde  ninguém desce 
                      e  uma sensação de umidade 
                      corrói  infatigável seus metais. 
   
                      A  estas horas do crepúsculo 
                      se  entrecruzam agulhas 
                      na  via. 
                      Um  passageiro de pé na chuva 
                      espera  na plataforma 
                      o  ruinoso emissário da morte.  
                    
                         LUGARES 
                    aonde  jamais chegou a misericordia 
                    quartos  escuros sem janelas 
                    em  que uma mulher soluça 
                    por  aquele anjo bêbedo 
                    abatido  na tormenta. 
   
                    Emissário  único 
                    do  amor e da dor 
                    desdenhando-se  lá fora, 
                    de  ti distante já 
                    como  a luz dourada 
                    de  um relâmpago. 
                       
   
                     
                         QUOTIDIANA 
                     
                    Chegam  as hordas do medo 
                    desdobrando  bandeiras 
                    invadindo  as ruas 
                    em  manadas de bestas 
                    impactantes. 
   
                    Os gritos grudam na pele 
                    como  lapas 
                    e  o sangre como a umidade 
                    vai  ganhando as paredes. 
                    A  morte 
                    sentada  no pátio da praça 
                    abre  seus olhos de gelo 
                    e canta. 
   
                     
                    ÉPOCAS RUINS 
   
                      Diante  do espelho  
                    ensaias  as máscaras do abandono, 
                    enquanto  vais mudando ausências 
                    por  bolinhas de naftalina 
                    cuidadosamente  dispostas 
                    sobre  a roupa branca. 
   
                    Na  polida superfície 
                    vai  a solidão 
                    crescendo  como um fungo. 
   
   
                         PETRIFICADOS na escuridão 
       a  infância próxima 
       o  temor era um morcego 
       alojado  no telhado, 
       um  exército de répteis 
       passeando  pelos quartos. 
 
       Agora  que outros são os medos 
       nos  atende o valor precariamente 
       sob  aquela lâmpada 
       sempre  acesa. 
                  
                    
                  
                    
                           I 
                             Desde  os esgotos 
                        sicários que se sabem  
                        cobradores  de antigos 
                        erros 
                        assediam  a cidade. 
                        Avançam, 
                        apesar  dos sussurros 
                        detrás  das persianas. 
                        Do outro lado 
                        da rua 
                        alguém cai.  
                        
                        
                                    SAINDO DO INVERNO 
                        
                                   Garantiram o medo 
                        detrás da porta  
                        e fechado com chaves 
                        gotejantes. 
                        Esperam que as horas 
                        os sepultem 
                        nesta tumba obscena. 
                        Exceto eles,  
                        tudo o mais  
                        fissurado e quieto. 
                        
                        
                             ESQUIZOFRENIA 
                        
                             Não fazes outra coisa  mais 
                        que rir com a cumplicidade 
                        dos que assassinam  
                        o silêncio enquanto  
                        vais cravando portas e janelas 
                        desmoronando  pequenas 
                        catedrais  de argila. 
                        A  loucura brilha em teus olhos 
                        como  uma rosa 
                        de  vidro e neón. 
                        
                        
                        
                                    A LENNON       
                         
                        O  ar traz mariposas  
                        de  adas negras 
                        e  canções de chuva. 
                        Uma  branca égua 
                        galopa  ao amanhecer 
                        atravessada  por afiladas 
                        punhais  de vento. 
                        
                        
                      RONCESVALLES 
                         
                        O último vigia 
                          a  fortaleza destruída.  
                          Já  não ouve os gritos do combate. 
                          Na  planície 
                          dezenas  de bacias vazias 
                          observam  o horizonte.     
                        
                        
                     
                   
                  
                    
                      
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                  MUESTRA DE POESÍA DE MEDELLIN 1950-2011.  Carátula: Germán Londoño. Medellín,    Colombia:  2011.  381 p.   ISBN   978-958-44-8484-0                                    Ex. bibl.  Antonio Miranda 
                     
                  Página publicada ATUALIZADA EM 2022 
                  Página publicada em agosto de 2020 
                    
                    
                   
                  
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