| ESPERANZA CARVAJAL GALLEGO     Licenciada  en Lenguas Modernas de la Universidad del Tolima. Adelantó posgrado en  orientación educativa y desarrollo humano en la Universidad El Bosque (Bogotá).  También posee una especialización en Informática y Telemática con la Fundación  Universitaria del Área Andina (Bogotá). Ha publicado los libros de poemas El  perfil de la memoria, Las trampas del instante; su última propuesta estética Festín  entre fantasmas. Su obra poética ha sido incluida en diferentes antologías a  nivel departamental y nacional.     TEXTOS EN ESPAÑOL   -    TEXTOS EM PORTUGUÊS     CARVAJAL GALLEGO,  Esperanza.  Peldaños para escalar la noche. Antología  personal.  Ibagué, Colombia: Caza  de Libros, 2010. 80 p.  14x21 cm.   ISBN 978-958-8596-04-4    Ex.  bibl. Salomão Sousa              Cantata del forasteiro            Qué esperamos a las puertasde  un continente ciego
 cuando  uno arrastra
 tanto  polvo en los sapatos
 y  tanto cansancio en la mirada.
 ¡Dónde  un lugar
 para  calentar los huesos
 y  un plato de sopa
 devorada  a sorbo de ciudades!
 Alguien  selle los ojos del tiempo
 y  nos devuelva el fuego
 para  encender
 un  festin entre fantasmas.
 
            Estaciones  de locura            Pasan estaciones de locurasin  outro compromiso
 que  el desalojo de la lluvia.
 Afuera  se escucha
 el  parpadeo de las negaciones
 y  el mareaje arroja cuerpos
 a  la plenitude de los precipícios.
 La  arena toma forma de la tinta
 y  bautiza un barco
 que  zarpa de los arrecifes
 conocido  de antemano es su destino.
              Ciudades interiores            Sobrevivo al incendiode  ciudades interiores
 al  derrumbe de mis limites
 cuando  la noche respira
 su  apacible quemadura de ruindad.
 Caigo  en cada passo
 y  extiendo la sombra de las pesadillas.
 ¿Qué  podemos dejar
 a  la sombra de los días
 al  ripio del alma gastada?
 Abro  la eternidade de las infamias
 y  cada una de las preguntas
 golpea  el remo de las tardes.
 ¿Qué  podemos dejar?
 La  llaga de los insomnios
 la  amorosa urgencia del homicidio
 y  la derrota de ser inadvertidos.
              Refugio  para esconder la luz            Tenía la cara pintada de distanciay  su voz de otro lugar
 no  tuvo la resonancia
 que  provoca el metal en los bolsillos.
 Ningún  ademán le fue propicio;
 nada  le condujo al lugar de los amigos
 o  llegó a distanciarle de sua compañía
 a  esa hora,
 en  que nadie siembra insomnios
 en  los ojos del ahorcado.
            Bella catástrofe          Qué pretenden al acechoángeles  fugitivos del paraíso.
 ¿Acaso  no bastan las heridas
 de  mi pecho y de las manos?
 Nada  hemos dejado.
 Partiremos  sin prisa de este puerto,
 donde  siempre nos aguarda
 un  cielo clandestino
       TEXTOS EM PORTUGUÊSTradução de Antonio  Miranda
              Cantata do  forasteiro            Que  esperamos às portasde  um continente cego
 quando  se arrasta
 tanto  pó nos sapatos
 e  tanto cansaço no olhar?
 Onde  um lugar
 para  esquentar os ossos
 e  um prato de sopa
 devorado  a goles de cidades!
 Que  alguém sele os olhos do tempo
 e  nos devolva o fogo
 para  acender
 um  festim entre fantasmas.
            Estações da loucura            Passam as estações da loucurasem  outro compromisso
 que  o despejo da chuva.
 Lá  fora se escuta
 o  piscar das negações
 e  o mareio lança corpos
 à  plenitude dos precipícios.
 A  areia ganha a forma da tinta
 e  batiza um barco
 que  parte dos recifes
 conhecido  de antemão é seu destino.
              Cidades  interiores            Sobrevivo ao incêndiode  cidades interiores
 ao  colapso de meus limites
 quando  a noite respira
 sua  aprazível queimadura de ruindade.
 Caio  em cada passo
 e  amplio a sombra dos pesadelos.
 Como  podemos deixar
 à  sombra dos dias
 ao  restante da alma gasta?
 Abro  a eternidade das infâmias
 e  cada uma das perguntas
 golpeia  o remo das tardes.
 Que  devemos deixar?
 A  chaga das insônias
 a  amorosa urgência do homicídio
 e  a derrota de sermos inadvertidos.
   Refúgio para esconder a luz
            Tinha a cara pintada de distânciae  sua voz de outro lugar
 não  teve a ressonância
 que  provoca o metal nos bolsos.
 Nenhum  gesto resultou propício;
 nada  o conduziu ao lugar dos amigos
 ou  chegou a distanciá-lo de sua companhia
 e  essa hora,
 em  que ninguém semeia insônios
 nos  olhos do enforcado.
            Bela catástrofe
          Que pretendem à espreitaanjos  fugitivos do paraíso?
 Por  acaso não bastam as feridas
 de  meu peito e das mãos?
 Nada  abandonamos.
 Partiremos  sem pressa deste porto,
 onde  sempre nos aguarda
 um  céu clandestino.
       Página  publicada em março de 2018   
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