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Sobre Antonio Miranda
 
 


 

OSCAR CASTRO Z.

 

Óscar Castro Zúñiga (Rancagua, 25 de marzo de 1910-Santiago, 1 de noviembre de 1947)1 fue un escritor y poeta chileno. Su obra literaria abarcó tanto el género lírico —con un lenguaje transparente, humano y melancólico, con una métrica perfecta— como el género narrativo, mucho más realista y cercana al criollismo.

En 1923, la familia, tras ser abandonada por el padre, recibió el apoyo de Julio Valenzuela, un pariente, quien matriculó a Óscar en el Instituto O'Higgins de Rancagua, donde permaneció un año. Por orgullo no permitió que su tío lo siguiera ayudando, convirtiéndose en un autodidacta. En 1926 escribió sus primeros poemas que fueron publicados en la revista Don Fausto, bajo el seudónimo de "Raúl Gris", en homenaje a su hermano menor. En 1929 apareció publicado con su verdadero nombre su primer poema: Poema a su ausencia.

En 1934 falleció su hermano Javier. El 25 de octubre de ese mismo año, fundó el grupo literario «Los Inútiles», junto a ocho escritores y periodistas de la región, incluyendo a Nicomedes Guzmán y a Agustín Zumaeta Basalto. En 1935 ingresó como redactor al diario La Tribuna.

Ese mismo año contrajo matrimonio con la poetisa Ernestina Zúñiga, más conocida por su seudónimo de Isolda Pradel. Este hecho fue desaprobado por su madre quien lo expulsó del hogar. La pareja vivió horas difíciles, siendo posteriormente perdonado por su progenitora.

Consagración y últimos años

 consagración literaria llegó en 1936, cuando escribió Responso a Federico García Lorca en homenaje al autor español muerto en la guerra civil española. El 12 de junio de 1937, falleció su madre. Ese mismo año, la Editorial Nascimento publicó su primer libro de poemas, Camino en el alba.

En 1939 obtuvo premios por una serie de cuentos campesinos en Argentina, y Editorial Zig-Zag publicó su primer libro de cuentos, Huellas en la Tierra. En 1941, por un decreto del Ministerio de Educación, fue nombrado bibliotecario del Liceo de Hombres de Rancagua —rebautizado en 1971 como Liceo Óscar Castro Zúñiga gracias a la gestión de estudiantes y miembros del grupo literario Los Inútiles—. En ese plantel educacional también trabajó como periodista y profesor de lengua castellana. Ese mismo año creó el Liceo Nocturno de Rancagua junto con otros profesores.

En 1945 falleció su hija Leticia Esmeralda, de solo once meses. Ese mismo año se le diagnosticó tuberculosis pulmonar, debiendo permanecer en reposo dos meses. En 1946 aceptó un puesto en el Liceo Juan Antonio Ríos de Santiago, donde inició sus labores el 8 de marzo de 1947 y viajó continuamente a Rancagua. Su salud se resintió en forma grave e ingresó al Hospital del Salvador el 12 de septiembre, falleciendo en Santiago el 1 de noviembre de 1947.

Estilo

A fines de los años 1930, Castro formó parte de los representantes de la llamada «poesía de la claridad», tendencia literaria en parte inspirada en la obra del recientemente fallecido Federico García Lorca, y creada como respuesta al hermetismo y subjetivismo del vanguardismo histórico.2

La obra literaria de Castro abarcó dos segmentos bien determinados y, en parte, diferentes estilísticamente. Por una parte, su poesía, de matices melancólicos, leves, transparente en su lenguaje, diáfana y lírica en sus metáforas, de una métrica impecable y de gran maestría en la composición de romances, que se aprecia en libros como Viaje del alba a la noche (1938), avalado por un prólogo de Augusto D'Halmar, Las alas del fénix (1943) o el póstumo Glosario gongorino (1948). Por otra parte, su narrativa, que en cuentos como Huellas en la tierra (1940) y La sombra de las cumbres (1947) se muestra más realista, cercana al criollismo. En sus novelas, entre las que destaca Llampo de sangre, el estilo y los temas de Óscar Castro son aún menos poéticos y adhieren un realismo crudo y visceral. En cambio, sus textos autobiográficos que conforman Comarca del jazmín (1945), donde retrata su niñez y entrega una vívida visión de su Rancagua natal, mantienen la gracilidad lingüística y el lirismo poético que despliega en su poesía.

La voz lírica de Óscar Castro es de una originalidad casi excéntrica dentro de la poesía chilena, que va desde una asimilación muy personal de Federico García Lorca y el cancionero tradicional, llevándolo a temas propios del campo y la provincia de la zona central chilena; así como una lírica de tono mayor, más profunda, que entronca con Walt Whitman y Luis de Góngora. Pese a los disímiles poetas tutelares, en toda su poesía se mantiene, reconoce y evoluciona una voz personal y única, con el inconfundible sello de Óscar Castro: claridad, transparencia, humanismo, amor y erotismo, justicia social y un prolijo y cuidado manejo del lenguaje, de la palabra precisa, del adjetivo justo.

Obras poéticas: Poemas de Castro en la entrada del liceo que lleva su nombre; 1937: Camino en el alba; 1938: Viaje del alba a la noche; 1944: Reconquista del hombre; 1948: Glosario gongorino (póstumo); 1950: Rocío en el trébol.

 

TEXTOS EN ESPAÑOL   -   TEXTOS EM PORTUGUÊS

 

NIÑA DEL ALBA

Iba camino al mercado,
con un gallo en cada brazo.
Entre los pechos maduros
le andaba un olor a campo.
Sobre nidales tan dulces
los gallos iban soñando:
plumones de suaves plumas
en plumones de alabastro.
Con lento andar, casi sueño,
la niña va caminando.
Lejanas, mugen las vacas
por sus bíblicos establos.
Un alba de leche fría
junto a la niña se vuelca,
soñando.

La ruta cambió su polvo
por calles de duro asfalto.
Siente la niña en sus pies
el beso frío y delgado.
Esquinas de cuatro puntas,
en el alba derivando,
dormían en río gris
un sueño de viejos barcos.

Sola en la calle la niña,
con un gallo en cada brazo,
fríos sus desnudos pies,
caliente el seno y las manos.
De pronto, un canto a lo lejos,
casi el recuerdo de un canto:
un canto que iba pulsando
maravillosos teclados,
que en el espacio estallaba
como un cohete de nardos
y que cada vez más cerca
iba estrechando sus aros,
hasta inundar la ciudad,
flameando por los tejados
en banderolas alegres
y en espirales gallardos.

 

El canto llegó a la niña
y el canto llamó a los gallos,
que sacudieron las crestas
y él cuello enhiesto enarcaron.
Como una isla de música,
la niña entre los dos gallos.
Como una rama llevada
por la corriente del canto.
Como un trompo melodioso
que al mundo fuera entregando
pregones de primavera
y amanecer de manzanos.

Y no despertó a los hombres
la niña que entre sus brazos
— gavilla de melodía —
llevaba el alba y los gallos.
 

 

MENINA DA AURORA

Dirigia-se ao mercado,
com um galo em cada braço.
Entre os seus peitos maduros
errava um cheiro de campo.
Em ninhos assim tão doces,
os galos iam sonhando:
plumagens de suaves plumas
em plumagens de alabastro.
Com lento andar, quase sonho,
a menina vai andando.
Distantes, mugem as vacas
em seus bíblicos estábulos.
Aurora de leite frio
junto à menina se entorna,
sonhando.

Trocou seu pó o caminho
em ruas de duro asfalto.
Sente nos pés a menina
o beijo frio e delgado.
Esquinas de quatro pontas,
pela aurora derivando,
dormiam em rio cinza
um sono de velhos barcos.

Na rua, só, a menina,
com um galo em cada braço,
frios os desnudos pés,
calor no seio e nas mãos.
De súbito, um canto ao longe,
quase a saudade dum canto:
um canto que ia pulsando
maravilhosos teclados,
que no espaço crepitava
como um foguete de nardos,
e que cada vez mais rente
ia estreitando os seus aros,
até inundar a cidade,
flamejando nos telhados
em bandeirolas alegres
e em galhardas espirais.

Chegou o canto à menina,
o canto chamou os galos,
que sacudiram as cristas
e o colo ereto arquearam.
Tal uma ilha de música,
a menina entre os dois galos.
Que nem ramo conduzido
pela corrente do canto.
Como um pião melodioso
que ao mundo fosse entregando
anúncios de primavera
e amanhecer de macieiras.

E não despertou aos homens
a menina que entre os braços
— gavela de melodia —
conduzia a aurora e os galos.

 

           Tradução de AURÉLIO BUARQUE DE HOLANDA FERREIRA

 

 

        RESPONSO A GARCÍA LORCA

Llevaba el día en el cinto
como un alfanje de plata,
y en el arzón de la silla,
una guitarra gitana.
Romances de luces nuevas
se abrían em su garganta.
Los ayes del cante jondo
la lamían como como llamas.       

        Cuando soltaba su copla
cantaba toda la España.

        No murió como un gitano:
no muró de puñalada.
Cinco fuziles buscaron,
por cinco caminhos, su alma.
Le abrieron el corazón
lo mismo que una granada.
¡Y el surtidor de su sangre
manchó las estrellas altas.

        ¡Cómo lloraban los ríos
de España!

        En ese instante indeciso
de las hembras despeinadas,
en ese instante en que el grillo
cava la mina del alba,
García Lorca, en el suelo,
con una flora colorada
condecorándole el pecho,
quedó sin canto y sin habla.

        !Cómo temblaban los montes
de España!

        Cuando enmudenció su lengua
no doblaron las campanas.
Nadie le trajo una rosa,
ni un verso, ni una guitarra.
Apenas el chisperío
de una estrela deshojada.
Apenas, la visón última
de la cal de las murallas...

         ¡Cómo crujían los huesos
de España!

       

 

TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: Antonio Miranda

     

        RESPONSO A GARCÍA LORCA

Levava o dia na cintura
como uma foice de prata,
e no arção da sela,
uma guitarra cigana.
Romances de luzes novas
abriam-se em sua garganta.
Nos ais do cante jondo *
lambiam-na como chamas.

        Quando soltava sua copla
cantava toda a Espanha.

Não morreu como um cigano:
não morreu apunhalado.
Cinco fuzis buscaram,
por cinco caminhos, sua alma.
Abriram seu coração
tal como com uma granada.
E a fonte de seu sangue
manchou as estrelas mais altas.

        Como choravam os rios
da Espanha!

Nesse instante indeciso
das fêmeas descabeladas,
nesse instante em que o grilo
cava a mina do amanhecer,
García Lorca, no chão,
com uma flor avermelhada
condecorando-o no peito,
ficou sem canto e sem fala.

         Como tremeram os montes
da Espanha!

Quando emudeceu sua língua
os sinos não tocaram.
Ninguém trouxe uma rosa,
nem um verso, nem uma guitarra.
Apenas o chuvisco
de uma estrela desfolhada.
Apenas a visão última
do cal das muralhas...

          Como estalavam os ossos
da Espanha!

García Lorca! García
Lorca! — mil vozes clamavam.
Preciosa, a do pandeiro,
dançando, desmaiava.
Brincavam, enlouquecidos,
os seios de Santa Olalla.
A casa do romance
desgarrava suas entranhas.

         Como rompia a alma
de Espanha!

Morta estava na terra,
partido por cinco balas.
Neste ano não darão frutos
as laranjeiras de Granada.
Neste ano não haverá cravos
nas grades sevilhanas.
O rio Guadalquivir
levará sangue em suas águas.

         Como chorará seu espírito
nas guitarras da Espanha!

 

*cante jondo: canto andaluz primitivo (flamenco).

 

 

VEA Y LEA OTROS POETAS Y POEMAS DE CHILE  EN NUESTRO
Portal de Poesía Iberoamericana:  http://www.antoniomiranda.com.br/Iberoamerica/chile/chile.html

 

 

Página publicada em junho de 2017



 
 
 
 
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